Las mujeres y los hombres han sido formados y han aprendido diferentes aspectos sobre el amor: las mujeres aprenden a darlo todo, incluso a sacrificar su bienestar por la otra persona; en cambio para los hombres el amor está orientado a la racionalización, al control e incluso al desapego.
Estos roles, que se asignan, desde temprana edad tanto hombres como a mujeres, generan cuando hay pareja lo que se denominan relaciones asimétricas de poder, académicos y funcionarios públicos expertos en la materia coinciden en la necesidad de transformar esto para lograr relaciones de corresponsabilidad equitativa en las relaciones amorosas o afectivas.
Alejandro Ortiz Hernández, director de área del Instituto de las Mujeres del Estado (IMES), explicó que el amor romántico no afecta de la misma forma a las mujeres que a los hombres, refirió que si se revisan las historias de amor que proveen las mujeres, estas involucran una lógica de estar para la otra persona e incluso sacrificar el propio cuidado personal por el otro; en el caso de los hombres esta socialización está más orientada al control, al desapego.
Apunta que para algunos hombres el amor es un instrumento de dominación, “o sea te enamoro para obtener algo de ti”, por lo que resignificar el amor romántico evitaría esos mecanismos de enganche que incluso han llevado a las mujeres a ser víctimas de trata de personas.
El amor romántico y la violencia contra las mujeres
Arely Torres Miranda, activista por los derechos de las mujeres, detalló que el amor romántico encasilla a las mujeres con una única aspiración de contraer matrimonio, tener una familia y dedicarse a la familia.
Aclaró que “no es que el amor sea malo”, pero sí esos mitos que se replican relacionados con el amor: “el amor todo lo puede, si te ama va a cambiar y aceptar cosas que atentan contra su seguridad y la dignidad en el nombre del amor”, mitos que en mucha ocasiones colocan a la mujer en situaciones de riesgo e incluso las han llevado a la muerte.
Torres Miranda consideró que las mujeres están frente a una posibilidad de replantear las relaciones de amor, “en nombre del amor no deberíamos estarnos sacrificando o ponernos en una situación de vulnerabilidad”, sin embargo, apuntó que estas construcciones se insertan en la mujer desde pequeñas con el mito tan inocente como que “si un niño te pega es porque le gustas” y que encuentran una contraparte en hombres que se aprovechan de esa idealización del amor.
Nicholas Kaufmann, enlace académico de la Dirección de Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), refirió que desde las investigaciones sociales a la violencia en contra de las mujeres es evidente que los actos violentos no los realizan perpetuadores ajenos o aislados a la pareja.
Explicó que mucha literatura expone que si se quiere erradicar la violencia de género y la violencia contra las mujeres una vía importante sería trabajar las relaciones de poder y la renuncia de los privilegios, y agregó que el trabajo de transformación de estas ideas de amor en el que el hombre tiene un rol sobredimensionado de poder debe cuestionar y desmitificar el amor romántico.
Cómo transformar los mitos del amor romántico
Beatriz Sarahí Aguilera Gallegos, directora de género de la Comisión Estatal Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEEAV), mencionó que para lograr relaciones basadas en la igualdad entre hombres y mujeres se debe fortalecer la educación de los niños y las niñas sobre una base de derechos humanos, igualdad y equidad.
Apuntó que un mito que se replica constantemente sobre el amor romántico es la llegada del príncipe azul que salve y proteja a la princesa, no obstante, hay que entender que “no somos personas a medias, somos personas completas, podemos desarrollarnos sin esperar que alguien venga a salvarnos a nosotras”.
La directora señaló que esto parte de esa premisa de empoderar a las mujeres desde que son niñas y darles herramientas para entender que si en algún momento van a construir una relación con alguien esa relación debe estar basada en el respeto a su persona.
Arely Torres Miranda apuntó que esto no es tan fácil porque los mitos del amor romántico se reproducen a través de canciones, de novelas, en la cinematografía e incluso en lo que podría ser percibido como inocentes percepciones del primer amor.
“Tenemos que empezar a romper esas situaciones, a exigir desde siempre un trato digno, un trato respetuoso, igualitario y que las relaciones de pareja sean siempre consensuadas, en un diálogo abierto y sincero”, aunque reconoció que la dificultad radica en la tendencia a idealizar las relaciones.
Por su parte, Nicholas Kaufmann indicó que un ejercicio que podría funcionar son campañas de paternidad activa en donde se dé importancia al desarrollo de vínculos afectivos entre figuras paternas, hijos e hijas como estrategia preventiva.
No obstante, Ortiz Hernández apuntó que hay una dificultad en esto pues no todos los hombres están dispuestos a renunciar al poder que tienen sobre la otra persona, incluso, abundó que en estos tiempos en los que se promueven relaciones abiertas, algunos hombres utilizan al amor romántico para obtener sexo y cuidados en los que las otras personas terminan sacrificando su bienestar.
Consideró que esta renuencia es lógica, pues a los hombres desde pequeños no se les enseña a reconocer sus emociones, “entonces cómo va a reconocer las emociones de los demás”, esto es contrario, dijo, a la responsabilidad de estar pendiente de los demás y poder reconocer señales en los demás que luego se interpreta como un sexto sentido.
Por ello, afirmó, es necesario enfatizar en lo positivo de transformar las relaciones pues la corresponsabilidad y horizontalidad de las relaciones dan como resultado noviazgos o relaciones más duraderas, sanas y libres de violencia.
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vkc