En términos de cultura política, uno de los referentes más importantes es la salud de los sistemas democráticos, los datos no son muy alentadores. Lo cierto es que en la última década, hemos advertido una disminución muy clara de la cercanía de la población de México respecto a los valores democráticos.
Hemos vivido momentos difíciles, ahora estamos en momentos críticos, porque ha aumentado la violencia y más que incrementado, no termina, no vemos para donde, y la corrupción también nos ahoga. Internacionalmente con el vecino que tanto fluye su imagen en nosotros, no estamos en el mejor momento, y trae como consecuencia que así llegaremos en las próximas elecciones. Las generaciones han cambiado y uno de los objetivos era que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) cayera, y ya cayó…subió otro partido y las cosas no han cambiado.
Vivimos momentos complicados para México, porque en primer lugar la gente está muy cansada y decepcionada con el proceso de cambio político, la democracia no está funcionando en la forma que todos desearíamos, los actores políticos no se están comportando a la altura de lo esperado; no hay ideas que permitan generar un proyecto político de futuro que sea palpable y consistente, aunado a la violencia que no habíamos vivido.
Lo anterior son segmentos de entrevistas por separado que El Universal San Luis Potosí, obtuvo de tres reconocidos investigadores y titulares de programas de estudios políticos e internacionales de El Colegio de San Luis: Patricio Rubio, Hugo Alejandro Borjas García y Javier Contreras Alcántara, respectivamente.
Alternancia política
PR: En México hubo una especie de suerte de encantamiento, de luna de miel, de momento esperanzador con respecto a lo que la democracia, la alternancia o el cambio político podría traer para la sociedad; en ese momento sin duda, presenciamos un envión muy importante que trajo como consecuencia centralmente, la alternancia en términos político electorales y eso no significó que la calidad de los gobiernos fuera la mejor.
Vale la pena insistir que eso no significó que la calidad de los gobiernos fuera la mejor, tuvimos mejores elecciones; la diversidad en la que siempre ha estado incardinada en la sociedad mexicana, pudo expresarse en términos partidistas y eso trajo como consecuencia algo muy importante bajo el canon democrático, que es el hecho que los ganadores de siempre dejaran de serlo y los perdedores de siempre también.
Inseguridad en elecciones
Ahí, encontramos uno de los círculos virtuosos del cambio político en nuestro país, sin embargo en la última década lo que vemos es una caída sostenida de la confianza, la credibilidad que tiene la sociedad mexicana, respecto a los valores democráticos y no solamente frente a éstos, sino frente a instituciones políticas y sus actores de manera más o menos tradicional y los sistemas políticos están conformados por instituciones, por normas y valores que eventualmente se colocan en el terreno y en ese sentido, el presente no es muy halagador, porque lo que encontramos son esas promesas de la alternancia en el ámbito federal, subnacional o incluso en el municipal y no necesariamente a traído como consecuencia que los mexicanos en general y los potosinos en lo particular, vivan mejor.
Hay amenazas importantes frente al proceso electoral que ya inicia y que puede afectarse en la medida en que este vaya desenvolviéndose, y me parece que centralmente, el asunto de la inseguridad, se coloca como uno de los focos de mayor atención para el proceso político. En el caso de SLP se convierte en violencia política y vale la pena hacer esa distinción, porque lo que hemos observado en algunos estados, son atisbos, y esa violencia ha comenzado a colapsar institucionalmente a ayuntamientos y entidades con expresiones muy claras de violencia política.
Eso importa, porque las mediciones más recientes ya colocan a nuestro país como parcialmente libre y eso es grave; mediciones internacionales como la de Freedom House, coloca a México en una situación precaria, respecto al alcance de las libertades indispensables, somos considerados como un país que ha fracasad en éste proceso de incorporación de los valores democráticos.
En la medida en que los países son menos libres, son menos democráticos y ese coctel, digámoslo así, por falta de crecimiento económico, inseguridad creciente, falta de confianza en instituciones, en los políticos y en sus partidos, nos debe llamar la atención en resolverlo no con ánimo catastrofista, sino como oportunidad que los procesos democráticos le dan a las sociedades.
HABG: La población vive una grave situación porque en el fondo pareciera que la corrupción queda fuera, lejos. La clase política no permaneció ahí todo el tiempo, fueron ciudadanos y a lo mejor se quejaron; cuando cambian a la clase política, recibiendo beneficios y cargos, se les olvido todo. Es decir, hay un déficit en los ciudadanos frente a la corrupción, a los políticos no los están haciendo en una fábrica y parece que la corrupción queda lejos de ellos, no, la corrupción está aquí.
¿Verdaderamente queremos cambiar o queremos otra cosa? Tenemos que reconocer que sí hemos creado una democracia que se fundamenta en elecciones, dejando de lado muchas cosas, deberíamos cambiar cada vez que hay comicios y pensar que un solo hombre – pensando en la elección presidencial- va a cambiar los escenarios y hacer posible los cambios que necesitamos, eso no es cierto.
Necesitamos muchos más hombres, mucha gente, un esfuerzo mayor que cambie escenarios que se ven con los candidatos que tenemos, pues todos tienen sus asegunes. Es una tradición en México que parece una frase: Votar por el menos peor. Tenemos un candidato que tiene años haciendo campaña que lo más que le puedo reprochar, y me refiero a Andrés Manuel López Obrador, es que no ha cambiado, no ha estudiado; hoy tendría que ser el hombre que más sabe de México y que demuestre que sabe, y veo en su discurso que no ha cambiado en estos años.
Por otro lado, al candidato del PRI, se le empiezan a achacar muchas cosas, muy ligado al Statu Quo y parece que las cosas seguirán por donde estamos. No representa algo muy difícil “El Frente “de Anaya (Ricardo Anaya Cortés) su comportamiento no ha sido muy ejemplar para llegar a ser candidato y estamos de nueva cuenta frente a candidatos que no gozan de mayor credibilidad y todavía falta mucho por ver.
¿Hay confianza a las autoridades electorales?
HABG: El Instituto Nacional Electoral (INE) goza de cierta confianza, no es el Instituto Federal Electoral (IFE) de Isaac José Woldenberg Karakowsky, pero tampoco hay que decir que el INE es el descredito total. Somos dados en dudar de las instituciones, es el momento, la prueba de fuego para saber si el INE es la institución fuerte, consolidada, transparente y neutral.
¿La influencia de los Estados Unidos hacia México?
Su participación es muy medida, no abierta. A los Estados Unidos le interesa que a México le vaya o extremadamente bien o mal, sueltan a ver qué pasa; tienen gente que pueden mover en un momento, cierto electorado, pero también puede neutralizar, tienen a sus informadores y están atentos en todas las elecciones del mundo. Pensar o imaginar, como le vendría a México con las locuras que tiene el presidente de los Estados Unidos Donald Trump, haciendo una declaración a favor o en contra de algún candidato, que eso puede ser posible, es perfectamente posible así como está de desquiciado el hombre.
Levantarse (Donald Trump) un día y decir no quiero a X candidato y luego, la reacción del electorado, pero eso está por verse, no lo hemos vivido. Ese hombre puede hacer con esos Tweets, porque su presidencia es de Tweets; entonces será interesante como fenómeno social, tendría que ser una bola de nieve un mensaje en este sentido que vaya creciendo, que termine impactando.
JCA: Este es un momento particularmente complicado para México, porque estamos llegando a las elecciones en un momento en el cual la gente en primer lugar está muy cansada de lo que ha sucedido en los últimos años, decepcionada con el proceso de cambio político, la democracia no está funcionando en la forma en que todos desearíamos, porque ni los partidos ni sus actores se están comportando a la altura de los esperado.
No hay ideas de proyecto político a futuro palpable o consistente, estamos bajo una situación de inseguridad y violencia muy fuerte como nunca antes, y no se ve solución tampoco; la percepción de inseguridad entre la ciudadanía crece más, y los momentos preliminares de las campañas electorales es de que no hay una respuesta a ese problema. La incertidumbre creciente en términos de cómo estará la economía en nuestro país y la relación con el gobierno de Donald Trump, el Tratado de Libre Comercio.
Se viven inquietudes que vemos en el movimiento el dólar y como se está deslizando cada día y como parte de estas discusiones que se están generando en precampañas que se maneja como una amenaza que si se vota por Andrés Manuel López Obrador, se va a devaluar el peso frente al dólar, y lo que tenemos es una idea clarísima que se viene devaluado año con año. Se está también queriendo jugar mucho con el miedo, se está queriendo jugar con la intervención Rusa en nuestras elecciones y eso es muy peligroso.
Y no por el hecho mismo de la intervención, sino porque se están generando escenarios de miedo y se genera en este sentido en lugar de generar escenarios de futuro promisorio; lo que tenemos en si es que el ejercicio de la política se está desmoronando, se está perdiendo.
¿La ventaja o desventaja de los precandidatos independientes?
Se tienen que hacer varias distinciones: existe la figura independiente en la ley, y lo que constatamos, es a políticos tradicionales que salen de los partidos en los que han militado durante mucho tiempo para trasladarse a la independiente y utilizar plataformas que han ido construyendo de manera personal para tratar de contender cuando en su partido no encuentran apoyo. Esto en realidad es una mutación de lo que hemos visto en los años 90’s y principios del 2000, o se iban al PRI o se pasaban al PAN o al PRD.
La candidatura independiente fue creada para tratar de liberar presión con respecto al comportamiento de los partidos políticos tradicionales, da lugar a que los ciudadanos no militantes fueran los que comenzaran a tener un involucramiento a la competencia electoral con muchos candados, con problemas, candados y requisitos demasiado altos para cumplirlos y que no se habían dedicado al mundo de la política.
Es difícil que un ciudadano que no se ha interesado en la política, de la noche a la mañana decida participar; los que lo hacen ya tienen alguna experiencia, no necesariamente en partidos, pero si probablemente en una ONG, con estudiantes o algún sindicato y se considerarían elementos para participar.