La construcción del ramal de gasoducto que va desde Tula, Hidalgo hasta la zona industrial de Villa de Reyes en San Luis Potosí, se está viendo obstaculizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ya que durante las obras que atraviesa territorio de la Huasteca potosina, Querétaro y Guanajuato se han descubierto al menos 60 nuevos sitios arqueológicos.
De acuerdo a medios nacionales y extranjeros, la empresa TransCánada que es la impulsora del proyecto había prometido entregar este gasoducto en 2017, de hecho se encuentra a más de un 90 por ciento de avance, sin embargo, están detenidas las obras en lo restante debido al hallazgo de vestigios arqueológicos en donde el INAH ha tomado los terrenos para su clasificación.
El problema es que el INAH no cuenta con el número suficiente de arqueólogos para que pudiera avanzar a la velocidad que TransCánada requiere, por lo que la empresa trasnacional está solicitando de “urgencia” al menos 20 arqueólogos para que colaboran con el INAH cuyo pago estaría a cargo de la empresa con tal de que se pueda avanzar con mayor velocidad y que la obra pueda continuar.
De acuerdo a reportes TransCánada pidió a sus inversores una prórroga de seis meses para entregar la obra, la cual se cumpliría el 18 de julio, pero como se siguen detectando sitios arqueológicos ven difícil cumplir con la fecha y en su desesperación buscan ayudar al INAH con su trabajo, puesto que de los 60 sitios descubiertos el INAH sólo ha podido certificar y concluir trabajos en cinco casos.
Cabe destacar que este importante gasoducto no llegará sólo hasta Villa de Reyes, sino que continuará por Aguascalientes y hasta Guadalajara, de ahí la importancia de poder cumplir con el contrato asignado por el gobierno mexicano, pues es sumamente significativo para el crecimiento de la industria en el centro occidente del país, sin embargo, tampoco se quiere atropellar las leyes mexicanas que obligan al resguardo y clasificación del patrimonio arqueológico, étnico e histórico del país.
vkc