Itzel Guadalupe Agoitia Carreón, es teniente auxiliar de sanidad del Ejercito Mexicano con base en San Luis Potosí, desde hace cuatro años se convirtió en madre de su pequeño Gael, al que busca enseñar con amor y esfuerzo, la disciplina y valentía que ha aprendido en su trabajo.
La heroína de Gael es originaria de la entidad, en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí egresó como enfermera, ha realizado diversos cursos y especialidades en neonatología y pediatría; sin embargo, hace un año tras una convocatoria única logró ingresar al Ejército Mexicano, institución castrense que se ha convertido en su segunda casa y que por momentos la ha mantenido alejada de su pequeño, por las tareas que le piden desempeñar.
“Ser mamá dentro del Ejército es difícil, no puedo decir que es algo sencillo, es de vital importancia la red de apoyo que tengo que son mis padres, mis hermanos e incluso mis amistades, las más cercanas. Es difícil, porque maternar sola y estar en un trabajo en el que te ocupa mucho tiempo se vuelve complicado, pero hago mis mejores esfuerzos”, comentó.
Dentro de sus labores diarias como militar se encuentran estar al pendiente del área de almacén de la farmacia del Hospital Regional Militar, ubicado en la capital de San Luis Potosí, donde con pasión mantiene la calidad de los medicamentos y así dar el tratamiento adecuado a las y los derechohabientes de las Fuerzas Armadas Mexicanas.
No obstante, al ser un elemento en activo del Ejército regularmente es enviada a comisiones fuera de la capital potosina o incluso del estado, lo que la mantiene lejos de su hijo de cuatro años.
“Hay demandas de tiempo y pues intento no ser una mamá ausente, que siempre estemos en comunicación, siempre fomento con mi hijo que siempre estemos en contacto y creo que somos unidos y es mi inspiración para hacer lo mejor que puedo dentro del medio”, comentó.
Mantenerse presente en un trabajo diario tan demandante y en el que debe estar ausente físicamente, no sería posible sin su red de apoyo conformada por sus papás, hermanos y amigos cercanos, ya que es madre soltera de Gael, lo que implica sacar adelante a toda su familia.
“El ser cabeza de familia hace que tenga un poco más de carga, aunque cuando es amor no es carga”, afirma Itzel quien pretende enseñarle a su hijo qué es servir a la nación y cómo es atender a quienes la necesitan.
Aunque ha tenido miedo en su labor como parte de esta corporación, ella siempre intenta ser el ejemplo de su hijo para resolver cualquier cosa complicada a pesar del miedo, “es lo que le quiero mostrar a él en mi maternidad”, destacó.
Pese a la edad de Gael, el menor siente gran admiración por ver a mamá con colores del Ejército y cada día muestra interés por el servicio; “hay que darle a nuestros hijos lo mejor que podemos, es la recompensa más grande. Yo lo guío y si él decide seguirlo en un futuro lo voy a apoyar”.