En el corazón del barrio de Tlaxcala, en la capital de San Luis Potosí, se encuentra La Casa del Migrante, un oasis de refugio y esperanza para aquellos que, forzados por circunstancias adversas, tuvieron que abandonar su patria y buscar un nuevo comienzo, encontrando en esta ciudad un punto de paso y descanso en su camino.
Las fechas decembrinas, tradicionalmente son un momento para compartir con la familia, pero para aquellos que buscan un refugio puede ser un desafío y lucha por mejorar su situación de vida y tener un futuro mejor.
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Tal es caso de una persona migrante venezolana encontró un refugio seguro y acogedor en la casa del migrante.
Lugar donde se sintió como en familia, aunque prefirió mantener su identidad en secreto por motivos de seguridad.
“Aquí realmente me siento en un hogar, ellos te tratan como si fueras parte de una familia”, compartió en una entrevista para EL UNIVERSAL SLP.
Ella se vio obligada a dejar su país debido a la situación política y para buscar una vida mejor en el extranjero, pero su camino hacia el "sueño americano" se detuvo en San Luis Potosí, donde finalmente se ha establecido.
“Salí de Venezuela por cuestiones políticas y realmente no puedo regresar a mi país, pasé por muchas circunstancias, con migración te tratan como delincuentes y pienso que migrar no es un delito”, dijo.
Sin embargo por diversos problemas con migración no pudo avanzar en su camino por México y encontró refugio en la Casa del Migrante, donde recibió un trato cálido y amable que le hizo sentir como en casa, convirtiéndola en un pequeño hogar lejos de su país natal.
“Yo llegué aquí a San Luis y mi experiencia en la casa ha sido especial, me siento bien, porque te hacen sentir como si de verdad fuéramos una familia y mi experiencia es de lo mejor, siento que es como mi casa”, aseguró.
Las fiestas de fin de año despiertan sentimientos de nostalgia y melancolía, ya que se ve obligada a celebrar lejos de su familia y país natal, sin embargo, la Casa del Migrante le ofreció un ambiente cálido y acogedor que le recuerda a su hogar en Venezuela.
“Las épocas decembrina es fuerte, tengo sentimientos encontrados, a veces te gana la ansiedad y la desesperación de querer regresar a tu país".
"Tristeza es lo que más se siente, pero aquí entre todos nos apoyamos y nos sentimos en familia. Igual también tenemos psicólogos que nos atienden de la mejor manera”.
Para muchos migrantes, como ella, el deseo más profundo para el año nuevo no es la prosperidad material, sino algo mucho más valioso: regresar a su hogar, encontrar un lugar seguro para vivir y poder compartir momentos con sus seres queridos.