Con la llegada de las fiestas decembrinas, el uso de pirotecnia se convierte en una práctica común; sin embargo, es una fuente importante de accidentes, especialmente entre los menores de edad.

Si bien la Fundación Rino - Q enfatizó que lo mejor es no utilizar pirotecnia, también reconoce que es una práctica muy común y en caso de estar cerca de quienes la usan, seguir estas recomendaciones puede marcar la diferencia entre una fiesta segura y una tragedia.

Según la fundación, la manipulación de estos productos puede provocar quemaduras graves e incluso lesiones permanentes si no se toman las debidas precauciones.

Entre las recomendaciones más destacadas, que la Fundación advirtió son:

Los niños no deben manipular ningún tipo de pirotecnia, incluidas las luces de bengala, ya que pueden causar quemaduras de tercer grado.

Además, aconsejó a los adultos que enciendan los cohetes únicamente deben hacerlo en el suelo y nunca en la mano, para evitar accidentes por explosiones inesperadas.

Así mismo, dijo que debe evitarse a toda costa detonar cohetes en frascos, botellas o latas. Estos recipientes pueden explotar y lanzar esquirlas peligrosas.

También se debe evitar guardar pirotecnia en los bolsillos. La fricción puede generar calor y provocar una explosión inesperada.

No arrojar pirotecnia a personas, animales, vehículos, casas o terrenos. Estas acciones son extremadamente peligrosas y pueden tener consecuencias legales.

Por último, explicó que no se debe desarmar explosivos para encenderlos. Esto puede alterar su funcionamiento y aumentar el riesgo de accidentes.

¿Qué hacer en caso de quemadura por pirotecnia?

Si a pesar de las precauciones ocurre un accidente, la Fundación Rino - Q enfatizó recomendó aplicar únicamente agua fresca sobre la zona afectada. Es importante evitar remedios caseros como pasta de dientes, mantequilla o aceites, ya que pueden agravar la lesión. Lo más adecuado es acudir de inmediato a un centro de salud para recibir atención médica especializada.

¿Qué hace la fundación Rino - Q?

Es una fundación potosina que apoya a niñas, niños ya sueltos que han sufrido quemaduras, teniendo como principal objetivo atenderlos en sus secuelas.

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