San Luis Potosí enfrenta un panorama desolador por la falta de lluvias, expertos consideran que se trata de uno de los episodios más críticos para el estado, pues la sequía ha puesto en una situación de alerta a los 58 municipios de la entidad; en las comunidades los pobladores incluso se han aferrado a la fe, y con peregrinaciones piden que este año “la lluvia llegue en abundancia” llenando los ríos, pozos, bordos y norias para garantizar el sustento y alimento de sus familias.
Pese a las severas condiciones en todo el territorio potosino, el gobierno federal ha hecho caso omiso a la petición del gobierno del estado referente a emitir la declaratoria de emergencia por sequía extrema. En diciembre del 2023 en la sesión extraordinaria del Consejo Estatal de Protección Civil, el gobernador, Ricardo Gallardo Cardona emitió formalmente la solicitud de esta Declaratoria de Desastre Natural.
Pese a que el gobierno potosino no ha quitado el dedo del renglón, hasta el día de hoy no se ha emitido la declaratoria y ante la proximidad de la época de estiaje, se prevén severos daños en las cuatro regiones del estado.
De acuerdo al reporte al 31 de enero del monitor de sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) el estado potosino registra sequía en el 100% de su territorio, es decir, en los 58 municipios en las diversas categorías de sequía que va desde anormal seco, hasta sequía excepcional. En sequía anormalmente seco se encuentra en cinco municipios: Vanegas, Real de 14, Cedral, Villa de La Paz y Matehuala.
Mientras que en sequía moderada: se encuentran los municipios de Charcas y Villa de Guadalupe.
En sequía son seis municipios: Santo Domingo, Villa de Ramos, Salinas, venado, Moctezma y villa de Arriaga.
Y lo que mantiene en alarma a las autoridades es que más de la mitad del estado se encuentra en una condición de extrema a excepcional, pues en sequía extrema se han decretado 11 municipios: Ahualulco, Villa de arista, Villa Hidalgo, Guadalcázar, Ciudad del Maíz, El Naranjo, ébano, San Luis Potosí capital, Mexquitic de Carmona, Cerro De San Pedro y Soledad de Graciano Sánchez.
En el grado de mayor alerta, es decir, en sequía excepcional se encuentran 34 municipios: Cerritos, Zaragoza, armadillo de los Infante, Villa de Reyes, Santa María del Río, tierra nueva, Rioverde, San Nicolás Tolentino, Villa Juárez, ciudad Fernández, San Ciro de Acosta, Alaquines, Cárdenas, rayón, Lagunillas, Tamasopo, ciudad Valles, Tamuín, San Vicente Tancuayalab, Tanquián de Escobedo, Tampamolón corona, Tampacán, San Martín Chalchicuautla, Matlapa, Tamazunchale, Axtla de terrazas, Xilitla, Coxcatlán, San Antonio, Tanlajas, Huehuetlán, Tancanhuitz, Aquismón y Santa Catarina.
De ser un sitio con ríos y cuencas rebozantes, la Huasteca potosina en la zona norte y sur, hoy es el área con mayor afectación. Laurencia, una adulta mayor del pueblo tének, vive en la sierra clavada en el municipio de San Vicente Tancuayalab, los pozos más cercanos se han quedado sin agua, tampoco ha podido captar agua de lluvia, pues hace casi un año que no cae ni una sola gota de agua, por ello camina cerca de 45 minutos de ida y 45 minutos o más de regreso para poder “acarrear una o dos cubetas de agua”, lo que su cuerpo le permita desde la presa La Reina, sólo lo suficiente para poder cocinar y asear a su hija con discapacidad.
Laurencia reconoce que la temporada más dura está por llegar, por eso la poca agua que comparte con otras mujeres en una pileta, se reúsa para lavar ropa, asearse, incluso de ahí mismo beben los animales, “Ahorita de a poquita agua hemos estado, pero estamos apurados nomas no llueve y la presa se va a quedar sin agua, ni para los animales, ni para la comida…”.
Marcela Quevedo Patiño, titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Recursos Hidráulicos de San Luis Potosí (SEDARH) en entrevista con El Universal reveló que los ríos de la huasteca, como el Tampaón, siendo el más grande e imponente de la zona que lleva al caudal de la cascada de Tamul en el municipio de Aquismón, tiene cifras históricas y temen que la situación recrudezca en un par de meses.
“Estamos llegando a medidas alarmantes, históricas, estamos muy por debajo de sus niveles y por eso estamos en mesas permanentes de trabajo porque viene una temporada crítica, en algunos puntos estamos a un 40 por ciento de su capacidad… el agua es de uso principalmente para el consumo humano y agrícola, el 45 por ciento se extrae para riego”.
Reveló que la sequía ha desencadenado que los ganaderos de la región preocupados por la amenaza de que comience la muerte de cabezas de ganado, se han visto obligados a vender poco a poco sus animales, y la situación en la actividad agrícola no es mejor, pues en el último año se redujo la producción de caña hasta un 45 por cient, y un 30 por ciento, el resto de lo que se produce.
“Ha habido una disminución, no se diga, por ejemplo, en la caña que es de nuestros principales agro productos, sí es el más afectado, estamos hablando que un 45% menos de producción es lo que es lo que estamos teniendo de ahí en fuera los demás ya registran un 30% menos”.
Alberto Arellan, un campesino de 71 años de edad originario de El rincón “El Por Venir” en el municipio de Mexquitic de Carmona, en la zona centro del estado, narra que sus tierras hace cerca de tres años que están secas, pues desde entonces no se registra un “aguacero” suficiente para la siembra de maíz y frijol, lo que lo ha dejado a la suerte de los programas de gobierno como Sembrando Vida, mismos que no son un alivio, pues es imposible mantener viva cualquier especie ante la falta de humedad en la tierra.
“Ya tiene como tres años que no llueve, ya no llueve como era antes, caen lloviznas que no alcanzan para trabajar las tierras, ahorita no sembramos, no hay nada de humedad, lo único que estamos es plantando maguey y nopal, pero también el maguey se seca porque no aguantan, se secan y volvemos a plantar y así nos la llevamos todo el año”.
En el 2023 en El Por Venir únicamente en diciembre hubo una ligera llovizna, pero fue insuficiente para alcanzar la cosecha. “Antes del campo sacábamos para mantenernos, ahora ya ni para eso ni para los animales, porque no hayan qué comer, se están muriendo”.
“El año pasado por lo menos teníamos agüita para tomar, pero este año no hay ya ni para dónde correr, vamos al pozo y ahí pagamos por poquita agua, cada cinco días y sólo traemos de poquita para lo más indispensable”.
En la comunidad La Morena en el municipio de Aquismón, este año en la peregrinación en lancha que lleva hasta el embarcadero de la cascada de Tamul, las familias pidieron a la virgen de la Candelaria que no los desampare y este año sí llueva en abundancia.
Con la misma devoción, los pueblos originarios que habitan en San Francisco Cuayalab al iniciar el año hicieron desde el centro ceremonial el primer ritual para pedir al dios de la lluvia, que llene sus pozos.
El reporte más reciente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), respecto al almacenamiento que registran los principales embalses en el estado de San Luis Potosí, muestra que cinco de las ocho presas se encuentran con un porcentaje inferior al 10 por ciento, una de ellas incluso con menos de 1 por ciento de su capacidad.
La presa El Potosino es la que tiene cifras con mayor alarma con apenas 0.9% de llenado, seguida de la Valentín Gama que registra un 2.2, El Realito 5.8%, El Peaje 6.8 y la presa de San José un 8.9 por ciento. Las únicas con niveles superiores, aunque no llegan al 30 por ciento son: La Muñeca 24.8, La Lajilla 25.7 y La Cañada del Lobo 27.9 por ciento de su capacidad.
La SEDARH en conjunto con el gobierno federal este año replicará el programa de estimulación de nubes, el proyecto busca la inversión de 10 millones de pesos en los bombardeos iniciando desde el mes de mayo hasta noviembre, aprovechando las condiciones climáticas y la temporada de lluvias. Será la próxima semana cuando se defina el inicio del programa, aunado a que se busca incrementar el presupuesto extendiendo la invitación a empresarios y productores potosinos.