En 2014, a sus 20 años, Nayeli Ramos Cibrian fue diagnosticada con insuficiencia renal, después de que le realizaran análisis por presentar síntomas frecuentes de fatiga excesiva, moretones en la piel, entre otros, por lo que inició con su tratamiento de diálisis.
Fue en 2017 cuando Nayeli fue trasplantada en el Hospital General de Zona No. 50 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en San Luis Potosí.
“La vida te cambia después de un trasplante, vuelves a vivir, a tener una mejor calidad de vida. Para quienes vivimos con un problema de salud, recibir un órgano, en mi caso un riñón de mi madre, ha sido el mejor regalo que pude recibir: vida. Una madre siempre da todo por los hijos y mi madre lo hizo por mí”, declaró.
Al ser candidata a trasplante, su madre no dudó en ser ella quien donara uno de sus riñones. Sin embargo, tanto la madre como Nayeli tuvieron que enfrentar otros problemas de salud que no se esperaban y que complicaron el procedimiento de donación.
“A mi mamá le salió un tumor y tuvieron que checar primero con estudios si era benigno o maligno. Aunque afortunadamente fue benigno, tuvieron que intervenirla. Cuando pensabamos que todo estaba bien, el día del trasplante los médicos me detectan una bolita en el pie y resultó ser cáncer, así que primero tuvieron que retirarla y darme tratamiento. Por fin, el año pasado los médicos pudieron realizarme el trasplante”, explicó Nayeli.
Intervenida por el coordinador de Trasplantes del HGZ No. 50, Francisco Rodríguez Quilantán y su equipo, el procedimiento fue realizado con éxito, debido también al compromiso y perseverancia de Nayeli en el autocuidado de su salud e indicaciones previas a su cirugía.
“Lo interesante del caso de Nayeli fue la constancia y perseverancia tanto de ella como la de su mamá, ya que fueron casi dos años con tratamientos previos para prepararlas para la donación. Fue un caso complicado, cuando no está todo al 100, en la salud tanto del donador como del trasplantado, no puede continuarse el procedimiento de donación. Uno de los beneficios de los estudios de protocolo es detectar padecimientos antes de la operación para atenderlos puntualmente y garantizar un procedimiento exitoso”, comentó el médico.
Actualmente, Nayeli cuenta con un estado de salud estable, ha dejado las diálisis y el cáncer también fue erradicado gracias a que ha sido constante en sus tratamientos y autocuidado. Su vida cambió, y con una actitud positiva sus planes de continuar su carrera universitaria y trabajando no decaen.
“Nayeli se encuentra muy bien de salud, sus chequeos han salido bien, puede llevar una vida normal con el autocuidado en su alimentación y revisiones. Ojalá más gente se una a la cultura de donación, y brindar una nueva oportunidad de vida principalmente a los más allegados que enfrentan este tipo de problemas de salud”, concluyó el médico Rodríguez Qilantán.
apl