En pleno siglo 21 existen más de 21.4 millones de personas a nivel nacional, con ingresos inferiores a la línea de bienestar mínimo, por lo cual están en riesgo de morir de hambre por no tener un ingreso suficiente para adquirir la canasta básica alimentaria.

De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en México, cinco de cada 10 de ellos son niños que viven en situación de pobreza, la situación empeora si son indígenas, pues ocho de cada 12 viven en esas condiciones.

El Informe de evaluación de la política de desarrollo social 2018 del Coneval, detalla que la atención a la precariedad económica en la niñez es prioritaria porque existe mayor probabilidad de que se vuelva permanente y sus consecuencias sean negativas e irreversibles.

Y es que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en México se ha calculado que se desperdician aproximadamente 20.4 millones de toneladas de alimentos al año, lo que representa un desperdicio por persona de 170 kilógramos anuales, mismos que podrían cubrir la demanda de 7.4 millones de personas en pobreza y carencia alimentaria.

En México, según datos de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, los alimentos de los que existe mayor desperdicio son: pescado y sardina, nopal, guayaba y mango, por lo cual es urgente generar estrategias publicas para favorecer al grupo poblacional con carencias extremas.

gpl

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