El colectivo Cuidadoras Potosinas, liderado por Mariana Noriega, se movilizó para denunciar una crisis tan profunda como ignorada: la de las mujeres que, sin salario, ni derechos, sostienen el sistema de cuidados en el estado.
"Ya van más de 21 compañeras que se mueren y no recibimos respuesta del estado", comentaron.
Desde regiones como la Huasteca y el Altiplano, cuidadoras primarias viajaron para exigir lo que durante años se les ha negado: reconocimiento legal, protección social y políticas públicas que les permitan vivir con dignidad.
“Estamos exhaustas, física y mentalmente. Este trabajo nos consume y nadie lo ve”, expresaron.
El colectivo también denunció que la indiferencia oficial no sólo las ignora, sino que también las condena.
Actualmente, dos iniciativas fundamentales siguen detenidas en el Congreso de San Luis Potosí.
Una está estancada en la Comisión de Justicia, que propone reducir el tiempo de espera, de tres meses a menos para que niñas y niños con enfermedades crónicas accedan al padrón alimentario.
La otra, congelada en la Comisión de puntos Constitucionales busca reconocer a las cuidadoras como grupo vulnerable, lo que abriría paso a derechos y recursos específicos.
A pesar de la presencia del contingente frente al Congreso del Estado sólo el diputado Carlos Arreola salió a escucharlas, reiterando su apoyo personal y prometió impulsar la reanudación de mesas de diálogo con la Comisión de Salud, de la que forma parte.
“Ya no basta con escuchar, necesitamos que legislen y asignen presupuesto”, subrayaron las manifestantes.