El gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona, aseguró que mediante la reparación, desazolve y con la construcción de dos cortinas más dentro de los alrededores de la capital, se podrá solucionar a mediano y largo plazo el desabasto de agua, agregando que no se necesita recurrir a El Realito.
“Ahora la presa de El Peaje es la única que está en ceros, las demás están arriba del 60 por ciento, el tema es que esta presa está en ceros porque tiene fisuras en su cortina, entonces ya estamos pidiéndoles permiso a la Conagua que nos permitan reparar nosotros las cortinas, aprovechar ahorita que está vacía para desazolvarla, ya tenemos el proyecto que nos costaría unos 45 millones de pesos”, comentó Gallardo.
Se espera que la presa sea reparada lo más pronto posible y aprovechar las lluvias de junio, julio, agosto y septiembre para volverla a llenarla; de no repararse la cortina solo podrían captar un 10 ó 15 por ciento de agua.
Gallardo recordó que la administración pasada dejó el proyecto de la construcción de dos presas de agua arriba de la presa de San José, y llevarían por nombre “Las Escobas” en la comunidad de Escalerillas y “El Palmarito”, en las cuales se invertirían 480 millones de pesos, pero mencionó que para llevarse a cabo este proyecto se deben actualizar los precios de los materiales actuales.
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Resaltó que se trata de un proyecto muy importante, ya que con ambas presas se incrementaría la capacidad de retención de agua en un 30 por ciento del volumen de la presa de San José y junto a la de El Peaje, habría suficiente agua para abastecer la zona metropolitana.
“Tenemos que darle seguimiento, hay que checar si estaban bien hechos estos proyectos”, finalizó el gobernador.
En 2019, luego de un recorte presupuestal, el titular de ese momento de la Comisión Estatal del Agua (CEA), Jesús Alfonso Medina Salazar, confirmó que las construcciones de las presas Las Escobas y El Palmarito, estaban oficialmente descartadas, aseverando que trataría de darle rehabilitación a la presa San Carlos, sin embargo, esta última aún presentaba escurrimientos en marzo de 2022, los cuales afectaban a la zona industrial.