Honorable Congreso de San Luis Potosí:

Hace 30 años Sanjuana Maldonado Amaya fue encarcelada por un delito que no cometió y hoy está en sus manos hacer justicia.

Hace 15 años en lo que fue un México violento en donde comenzaba la famosa “Guerra contra el Narcotráfico” la cacería de personas para poder llenar carpetas de investigación sin importar si la debían o la temían, se volvió un pan de cada día, comenzando en México a cometer el gran error de medir la seguridad por medio de las detenciones y eso hizo que nuestras cárceles se llenaran de personas inocentes, personas cuya vida fue arrebatada por el Estado.

Sanjuana, una mujer en un contexto vulnerable, originaria de Charco Cercado, municipio de Guadalcázar, San Luis Potosí. Con un padre obrero y una madre de casa tradicional y conservadora, ella buscó sobresalir en contra de todo, en contra incluso del deseo de sus padres por seguir estudiando, logrando ser la única mujer que cursó la secundaria, preparatoria e incluso la universidad en su familia con contracorriente.

Ella fue acusada por el delito de secuestro por un novio, el cual usó su nombre para depositar un supuesto dinero de las víctimas, y me atrevo a decir supuesto porque las presuntas víctimas no existen, se les han buscado por todos lados, no han ido a comparecer ni están en el expediente.

Aún así, Sanjuana fue sentenciada a 30 años de prisión por un delito que no cometió. Sin una sola acusación, sin una sola prueba en su contra, un caso emblemático de las fallas y la violencia del sistema de justicia penal en México.

No puede ser posible que en este país, el que te depositen dinero en una cuenta ya implica que eres secuestradora, esto vulnera los derechos no solamente humanos sino los de género por todas las mujeres víctimas que pueden estar en relaciones violentas con hombres que las inmiscuyen a cometer actividades donde ellas no tienen idea en lo que se están involucrando. Sanjuana lleva 15 años sin presentación de víctimas, sin pruebas y por un delito que no cometió, lejos de sus hijos chiquitos que la necesitan, uno de tres años y otro de 7 años que no se acostumbra a vivir sin ella y cuyos abuelos cuidan de él y se preocupan por el desarrollo de este menor lejos de su madre. Ambos nacidos en prisión.

No podemos seguir haciendo caso omiso de la realidad de la vida de miles de mujeres que atraviesan historias como la de Sanjuana.

La falta de perspectiva de género y la violencia machista en el sistema de justicia penal mexicano permiten fallas y violaciones de derechos humanos. Según la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL), más del 50% de las mujeres privadas de su libertad no han recibido sentencia ni claridad sobre sus procesos penales. Amnistía Internacional revela que de 100 mujeres recluidas en centros federales, 72 afirmaron haber sufrido abusos sexuales o tortura durante su arresto.

Hoy está en ustedes el hacer justicia y hacer las cosas de manera distinta. Invito a quienes me leen a hacer un llamada al Congreso de San Luis Potosí a que le otorguen la libertad a una mujer madre, quien se encuentra separada de sus dos hijos pequeños y quien lleva 15 años en prisión sentenciada injustamente por un delito del cual es inocente. #SanjuanaLibre

Con Esperanza, Saskia Niño de Rivera.

Presidenta de Reinserta

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