El sexting es una peligrosa práctica entre adolescentes que se trata del envío de imágenes con contenido sexual a través de aplicaciones de mensajería instantánea, las cuales en muchas ocasiones son usadas con fines de pornografía.
En el caso de San Luis Potosí entre los jóvenes es común esta práctica, como es caso de Sofía, una joven de 18 años de edad.
“Si he participado en algunas ocasiones porque me pareció divertido mandarle fotos sexys a mi novio, pero después cuando terminamos me arrepentí porque tenía miedo de que le fuera a dar mal uso a las imágenes, me arrepentí mucho”, relató.
En la unidad de prevención de delitos cibernéticos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) se ha detectado el incremento de estos casos entre los jóvenes, por lo que se busca promover el uso responsable de las redes sociales.
"En la publicación de imágenes ilícitas tengan mucho cuidado, que lo piensen una o dos veces y eviten caer en todo este juego porque como ya lo comentaban a veces tienen un romance y luego se enojan y posteriormente andan subiendo imágenes que les va afectar en la realidad para toda su vida en cuestión psicológica", detalló Ricardo Galindo Ceballos, director general de tecnología en SSPE.
Aseguró que el envío de imágenes con contenido sexual o que atenten con la integridad de una persona es un delito, además de causar graves daños psicológicos a la víctima.
"Si les causan daño imagínense que no van a querer salir de su escuela, ya no van a querer salir de su casa y a veces no es suficiente con que se tomen una pastillita de ‘me vale’, sino que hay que reflexionar y pensar en las consecuencias a las que los puede llevar todos estos ilícitos, por difusión de imágenes ilícitas algunas personas han tenido consecuencias legales”, señaló.
La práctica del sexting se ve incrementada aún más con la edad: el 19 por ciento de los y las menores de 11 y 12 dicen haber recibido mensajes de este tipo, y el porcentaje llega hasta el 34 por ciento para la franja de 13 y 14 años, y al 42 por ciento entre los jóvenes de entre 15 y 16 años.
Las consecuencias pueden ser muy graves, sin embargo, el desconocimiento ante los riesgos (de quienes lo practican y de los padres) es lo que más preocupa a los expertos porque el mal uso del “sexting” puede derivar en “sextorsión” o chantaje sexual–presente en todas las edades- aunque los menores estén más expuestos, ya que son uno de los grupos más vulnerables.
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