Navegar por las redes sociales se ha vuelto un fenómeno que desencadena adicción entre muchos de los usuarios y una de sus causas es que existen contenidos al alcance de todo público, en el que además de comunicarse entre sí sus usuarios pueden compartir estados de ánimo, imágenes, videos y es una alternativa fácil ante el aburrimiento.
Sin embargo, al día se le invierte a las redes sociales mucho más tiempo que a un empleo, llegando a volverse adictivo.
Las más populares sin duda son Facebook, Twitter, Instagram y WhatsApp que permiten conectar virtualmente a personas de todo el mundo, pero desde el punto de vista profesional más que una pérdida de tiempo es una forma de perder momentos de calidad con la familia o amigos cercanos, así lo expresó el psicólogo Francisco Javier García.
"Es tiempo improductivo y perdido, es tiempo que le dedicamos a otras personas que no conocemos y por lo tanto desatendemos de manera inmediata a nuestros seres queridos, esposa o hijos.
Si es bueno estar en las redes sociales cuando tienes un buen negocio o un evento artístico-cultural y lo quieres dar a conocer, pero en general hay una serie de entretenimiento que son basura", indicó Javier García.
Al ser empleadas en su mayoría como una distracción, los expertos aseguran que la eficiencia al realizar otras actividades disminuye, y es que se ha vuelto muy común ver a todo tipo de personalidades, empleados, estudiantes y funcionarios, destinarles gran parte de su tiempo de trabajo.
"Hay un nivel placentero que impacta a la persona y busca estar pegado, pero cuando no está en el ordenador, el celular o con la tecnología entonces causa ansiedad", señaló el psicólogo.
No obstante, su uso desproporcionado puede llegar a causar tecnofilia, la cual es definida como una adicción a la tecnología y los usuarios la padecen en distintos niveles.
Algunos de los síntomas que puede presentar una persona adicta a la tecnología es sentirse desnudo, desprotegido o frustrado si no se dispone de un smartphone o conexión a internet; sentir ansiedad por compartir cualquier cosa del día a día mediante fotografías o textos y creer que la vida de los demás es mejor según lo que se ha podido observar en las redes sociales.
Otro de los indicios es que la primera acción al despertar es buscar el celular para consultar los perfiles sociales, hacer check-in en prácticamente todos los lugares que se visitan y cuando una cita romántica o salida con los amigos no es considerada divertida o buena si no es publicada en Facebook.
"Hay casos extremos de jóvenes que se la pasan jugando y comiendo, están de 38 a 40 horas o hasta que terminen el juego, por lo que es importante cuando hay una adicción para que esta sea tratada a través del psicólogo", manifestó Javier García.
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vkc