El investigador del Instituto de Física de la UASLP, doctor Yuri Nahmad Molinari,l habló de las expectativas de la institución ante los cambios en la nueva administración federal, específicamente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). “La autónoma de San Luis, tiene espectaculares números, siempre ingresan muchos proyectos dentro de los mecanismos rigurosos del Consejo”.
Explicó que debido al establecimiento de nuevas reglas de operación para la asignación de presupuesto a proyectos ahora la competencia será más justa entre instituciones científicas e investigadores, por lo que estimó que dentro de la UASLP “captaremos más de este financiamiento a la investigación científica, y sin duda, los números subirán”.
Nahmad Molinari calificó de interesante el fenómeno que se dio entre el Conacyt y un grupo de investigadores, “le llamaría y ha ocurrido en Estados Unidos, una guerra científica, puede parecer que la ciencia está hecha para que no existan las opiniones para fijar verdades, pero estás son verdades transitorias y, justamente sale de ciertos investigadores; había ciertos privilegios, salarios altos en algunas instituciones” pero ahora todo ello será aprovechado por los jóvenes investigadores.
Manifestó que se conformaron mecanismos durante el sexenio pasado en los que ciertos grupos accedían al dinero sin una metodología, es decir, sin un arbitraje por pares, “se abrió por un lado el acceso a estos grupos que tenían privilegio en el sistema científico y, por el otro, se convirtió el Conacyt, precisamente por esta metodología en la única institución gubernamental que contaba con estos mecanismos de evaluación o arbitraje por pares”.
Explicó que la Secretaria de Economía de buena voluntad brindó sueldos para repartir a las empresas, a través de estos mecanismos, sin embargo, la marca de la corrupción en el pasado atrapó al Conacyt en esta situación por ello consideró: “me parece sano esta limpieza y reordenamiento que están haciendo a partir de la nueva dirección, efectivamente había alrededor de 30 mil millones de pesos que se repartían fuera de esquemas rigurosos de evaluación, ahora estos estarán disponibles para hacer ciencia básica.
La ley de Ciencia y Tecnología establece el 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para ciencia y tecnología y solo se suministra menos de la mitad, “sin embargo, no podemos dar más si no se establecen mecanismos claros porque entonces también los científicos podrían corromperse”.
Finalmente, reconoció: “cuando se desplomaron estos mecanismos de evaluación empezó la podredumbre de la corrupción; me parece sano el que en los tiempos actuales, se busque orden, aunque eso implique retrasos, en entregas, en realidad la dilación de tiempo no es mayor a lo que había anteriormente”.