A los ojos de los niños, el coronavirus se convirtió en el peor villano superando a cualquier personaje maligno de ficción que han visto en las películas de superhéroes, a un año del encierro, confiesan que extrañan la vida antes del Covid-19.
Aunque no les queda del todo claro el origen de esta enfermedad, son conscientes de lo peligrosa que es y los daños que puede causar, entienden incluso mejor que muchos adultos, que ahora el cubrebocas y caretas son como un escudo, que el gel antibacterial y lavado de manos deben ser tan recurrentes como se pueda, y el contacto físico con otras personas es impensable.
"El coronavirus es como el villano de las películas, desde que llegó no hemos podido hacer la vida como antes"
"Ya no puedo ir al cine ni a las plazas, a los parques tampoco podemos entrar".
Ha pasado un año desde que los niños y niñas perdieron toda libertad para ir a la escuela o acudir a cualquier actividad en algún espacio público, ya no hay recreo, festivales o juegos en grupo, para ellos, no hay opción, ahora todo se resume a una interacción mediante una pantalla o dispositivo móvil.
El 16 de marzo del 2020 se declaró suspensión temporal en el sector educativo, se creía que sería algo temporal y hoy, un año después éste sector no ha logrado integrarse a la Nueva Normalidad.
Foto: Angélica Ortiz
"Fuimos capaces como sociedad de abrir la industria restaurantes, clubes centros comerciales y en ninguna parte de la conversación ha estado abrir espacios para los niños como parques, no se habla de los niños se habla de cualquier otro giros menos de ellos", narró Gonis Borbolla vocera del movimiento Abre Mi Escuela.
"Hace tanto que no voy a la escuela que ya ni me acuerdo que hice ese día, extraño la hora del recreo, extraño ver a mis amigos, extraño jugar y la clase de educación física y las demás clases", platicó a El Universal San Luis, Antonio de 6 años de edad, quien desde hace un año arma legos y colorea a cualquier hora para mitigar el encierro.
La postura general tanto del sector salud como del educativo es que no habrá regreso a clases presenciales ni habrá cabida a cualquier actividad recreativa de los infantes hasta que se dé un semáforo verde.
No obstante, especialistas en desarrollo infantil han advertido sobre los efectos que los niños podrían presentar a causa del confinamiento y distanciamiento social, destacando principalmente ansiedad, temor, angustia, entre otros.
“No es sobre que los niños quieran solo salir, ellos lo necesitan para su desarrollo y salud, es parte de su aprendizaje", afirmó Cristina Delgado, psicóloga infantil del grupo Conectados.
Foto: Angélica Ortiz
Desde el mes de octubre 18 estancias infantiles en San Luis Potosí han reabierto sus puertas bajo estrictos protocolos sanitarios. El 1 de marzo algunos colegios particulares se sumaron a recibir alumnos de forma presencial bajo un esquema voluntario con horarios y grupos reducidos.
La vocera de Abre Mi Escuela asegura que los padres de familia atestiguan cambios dramáticos en el ánimo y conducta de los niños que han logrado reincorporarse a sus clases de forma presencial al menos una o dos veces por semana.
El semáforo verde se ha convertido en el mayor deseo de los niños, pues guardan la esperanza que con su llegada su vida vuelva a ser la misma de antes.
"Dice mi mamá que ya fue un año de la pandemia y yo ya quiero que sea semáforo verde para salir y ser libre como antes".