En el año 2000, Carlos Rubio tenía 17 años cuando participó en su primer baile en la fiesta que los vivos hacen a los muertos, el tradicional Xantolo, en su natal San Martín Chalchicuautla.
Reconoce que su primera incorporación a las comparsas fue por curiosidad, pero como es tradición, "si bailas un año bailas siete", se fue enamorando cada vez más de sus raíces, la música y toda la magia que envuelve esta fiesta que nace en el corazón de la Huasteca Potosina.
En el Xantolo, se tiene la creencia que es un baile en honor a la muerte, de tal manera que si inicias esa tradición, es no romper la cadena de 7 bailes consecutivos, o de lo contrario la muerte puede sorprenderte.
Lee: Protección Civil reitera llamado a potosinos a festejar Día de Muertos en casa
"La consigna es bailar 7 años con ellos, con los muertos, porque si no, estás propenso a que te caiga mala suerte, una tragedia o la muerte", advierte.
Una de las características más sobresalientes del Xantolo es la caracterización, coloridas máscaras artesanales de los siete principales personajes que se representan en los bailes del festín.
El Cole que representa la autoridad del pueblo; la mamá Nina que representa la sabiduría; el Comanche es un guerrero del pueblo; la muerte; el diablo que es un personaje con gran carga al representar principalmente al pueblo con toda la parte pagana y tenebrosa de la festividad; el Viejo es el símbolo de sabiduría también y el Cominito en honor a los infantes.
La fiesta inicia el 31 de octubre, seguida del 1 y 2 de noviembre que reciben a los muertos con ofrendas y bailes en comparsas que danzan por todas las calles del pueblo acompañados de huapangos hasta los altares o al mismo panteón.
Cada participante elige el personaje, según con el que se sienta más identificado, la máscara, va de acuerdo al que se eligió y son trabajos artesanales de madera y pieles de animales de la región.
Carlos Rubio, en sus 20 años como miembro de las comparsas, ha participado con más de 10 máscaras, este 2020 representará un viejo con una máscara elaborada con pieles de jabalí.
Aunque este año por la pandemia no hay bailes oficiales organizados por los ayuntamientos, las familias del pueblo mantienen su promesa de bailar para recibir a sus seres que se han adelantado, y aseguran, que hoy más que nunca la tradición de Xantolo sigue viva.