El caso de Kevin Caaño, el bebé de 10 meses que estuvo a punto de perder el pie izquierdo por la mordedura de una araña violinista en Acaponeta, Nayarit, volvió a mostrar la cara de un problema de salud en el país.
En opinión del doctor Eduardo Fanti Echegoyen, investigador del Departamento de Botánica y Zoología del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, se trata de una problemática enmascarada, pues es difícil diagnosticar la mordedura de esta araña si quien la sufrió no se dio cuenta de lo que ocurrió.
“A diferencia de lo que ocurre con la araña capulina, cuyo veneno es más potente y mata sólo a 3% de las personas que ataca, aproximadamente 50% de las personas que son mordidas por una araña violinista muere”, señaló el especialista en animales venenosos.
Aseguró que lo anterior se debe a un mal diagnóstico, pues los síntomas que provoca esta mordedura pueden confundirse hasta con 21 patologías distintas y hasta hace un par de años los médicos han comenzado a diferenciar la picadura de esa araña.
Explicó que la mordedura y la herida que genera pueden confundirse con una quemadura, con una herida de una espina o con la mordedura de otro animal, por lo que se requiere entrenamiento específico y experiencia para poder identificar la herida y diferenciarla de otras, porque su morfología va cambiando y se parece a oras enfermedades.
“Lo principal es que se produce una ámpula que se va necrosando y forma una herida en diana, es decir, un círculo rojo, otro blanco y otro rojo. En tres o cuatro días se pone la gente grave”, refirió el experto.
Lo anterior fue lo que ocurrió con Kevin, pues el sábado 14 de julio sus padres lo llevaron al Hospital General de Tepic pensando que se había lastimado el hombro izquierdo por un jalón accidental, pero tras las radiografías y la revisión del traumatólogo el diagnóstico fue negativo.
Los padres de Kevin vieron evolucionar la herida y sospecharon de la picadura de algún animal; lo volvieron al hospital en Tepic, donde el menor ingresó a urgencias, convulsionó y tuvo un paro cardiaco.
En terapia intensiva, al ver la lesión bajo su brazo, los médicos sospecharon de la mordedura de la araña, pero al no contar con el antídoto se comenzó a trabajar con un tratamiento alternativo basado en corticoides.
El doctor Daniel Balderas Gurría, director del Hospital General de Tepic, señaló que después de que el caso se conoció a través de los medios de comunicación el laboratorio Silanes, el único en el mundo que produce el antídoto, donó cuatro dosis.
Sin embargo, para entonces los trombos generados por el veneno de la araña habían comprometido la circulación en varias partes del cuerpo del niño, especialmente en la pierna izquierda, que comenzó a necrosarse.
Hoy, Kevin ha salido de terapia intensiva y ha evitado la amputación del pie izquierdo gracias a un tratamiento anticoagulante, aunque aún están comprometidas las puntas de sus cinco dedos.