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Puebla.— La madrugada del 26 de agosto del 2015 inició una verdadera historia de terror para la familia de Paulina Camargo Limón. Desde entonces, la joven, con 19 años y 18 semanas de gestación se encuentra desaparecida, nadie sabe qué le pasó. Una versión presume que pudo ser víctima mortal su pareja sentimental.
El presunto homicida, José María Sosa Álvarez El Chema, se encuentra preso en el penal de San Miguel, Puebla y, está a punto de obtener su libertad por un principio jurídico: no hay cuerpo del delito.
Con el alma en vilo, María del Rocío Limón y Rolando Camargo, los padres de la joven, observan a diario el calendario, saben que se acerca el posible día de la liberación. “Entre el 30 de marzo y el 4 de abril”, según estableció el Juez tercero de lo penal.
“No siento odio (…) estoy enojada, él siempre ha aparentado ser lo que no es”, dice María del Rocío, quien no deja de llorar por su hija.
“Siento coraje. Frustración al pensar en lo que pudo haberle hecho a mi niña”, agrega don Rolando, quien junto con su esposa ha soportado todas las posibles versiones de lo que le sucedió a Paulina.
El caso de la joven es uno de los más emblemáticos de posible feminicidio en el estado. En 2017 se registraron 77 delitos de este tipo en Puebla, en los cuales se ubicaron a 54 presuntos responsables.
Calvario. María del Rocío, quien porta una playera estampada con el rostro de su hija, recuerda aquel miércoles 26 de agosto, cuando acudió al departamento de interés social de la unidad habitacional La Margarita, donde vivía José María.
Al entrar, no dio demasiada importancia a que las sillas del comedor estaban sobre la mesa. Tampoco tomó en cuenta que en el ambiente había un intenso olor a cloro, como cuando se hace un profundo aseo. Sólo quería saber de su hija.
La joven fue vista por última vez un día antes, el 25 de agosto, cuando abordó un taxi. Ese día se encontró con su novio José María para supuestamente ir al ginecólogo y conocer los avances del embarazo. Nunca volvió a casa.