Ubicado en el municipio de Moctezuma, en el estado de San Luis Potosí, Zamorelia, también conocido como El Tapado, es un destino lleno de historia y misticismo que resalta por su importancia en la economía del norte de México durante el Siglo XIX y principios del XX.
Rodeado por la belleza del Altiplano Potosino, este pueblo fantasma cuenta con un legado ligado a la producción de sal, un recurso esencial en la minería de plata de la región.
Los primeros asentamientos en esta zona datan del Siglo XVI, cuando la Corona Española promovió la colonización con comunidades indígenas tlaxcaltecas, atraídas por los ricos yacimientos minerales del norte de la Nueva España. No obstante, la verdadera riqueza de la región no sólo provenía del oro y la plata, sino de las salinas, especialmente las de Peñón Blanco y El Tapado.
Entre 1860 y 1890, El Tapado vivió su auge como centro salinero, abasteciendo de sal para el proceso de patio, una técnica utilizada en la fundición de plata. Durante ese periodo, el pueblo llegó a operar 56 salineras, consolidándose como un eje económico estratégico. Sin embargo, las disputas territoriales con las salinas vecinas y los cambios en las dinámicas económicas marcaron el declive de este lugar, que quedó prácticamente abandonado tras la Revolución Mexicana en 1914.
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Hoy, El Tapado es considerado un pueblo fantasma, con apenas nueve habitantes, todos mayores de 60 años. Estas personas se dedican al cuidado de ganado, la producción de lácteos y la apicultura, actividades que mantienen viva la conexión con su tierra.
A pesar de su abandono, el interés por este lugar ha resurgido gracias a exploradores urbanos y turistas que buscan descubrir su historia y sus paisajes. Entre los vestigios más destacados se encuentran un templo en ruinas, antiguas haciendas y las estructuras de lo que fueron las salineras. Además, los visitantes pueden disfrutar de los majestuosos paisajes que rodean el pueblo, perfectos para capturar imágenes únicas.
Una de las tradiciones más conmovedoras de este lugar es el convivio que reúne cada primer sábado de julio a antiguos habitantes y sus familias. Durante este evento, se comparten anécdotas y recuerdos, manteniendo viva la memoria colectiva de Zamorelia.
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Ubicado a aproximadamente 115 kilómetros de la capital de San Luis Potosí, El Tapado es un lugar que invita a los viajeros a explorar su historia y reflexionar sobre el esplendor y declive de los pueblos salineros. Aunque gran parte de sus construcciones han sido saqueadas, la autenticidad de este lugar sigue siendo un atractivo que cautiva a quienes lo visitan.
Zamorelia no sólo es un testimonio del impacto económico de la sal en la región, sino también un recordatorio del valor de preservar nuestras raíces históricas.