Una de las formas más ricas para sacarle provecho a la flor de cempasúchil ahora que concluyeron los festejos por Día de Muertos, es la elaboración de un dulce atole de la también llamada flor de 20 pétalos.
En Soledad de Graciano Sánchez, la familia Muñoz realiza desde hace varios años un atole de pétalos de flor de cempasúchil para aprovechar la planta comestible que adorna de naranja y amarillo los altares, y de acuerdo con la tradición, se dispone para que nuestro ancestros se reencuentren con nosotros.
La abuelita de Karina del Carmen Rebolloso Muñoz, originaria de la comunidad de Enrique Estrada, ubicada en Soledad de Graciano Sánchez, comenzó a realizar esta bebida para utilizar las flores que se cosechan en las parcelas del municipio.
Karina comentó que antes de que las bebidas y alimentos que se preparan con esta flor, su abuela, lo preparaba durante la temporada de Día de Muertos con el objetivo de convivir entre la familia y mantenerse calientitos por el frío que suele hacer.
Compartió que para realizar un buen atole se requiere conseguir flores de cempasúchil, cuyas hojas se deben desinfectar, lavar y posteriormente poner a secar para luego molerlas y utilizarlas.
“El proceso es igual que para el atole normal”, comentó. Explicó que en una olla se pone a hervir la leche con un poco de canela, maicena y azúcar al gusto, una vez que la canela saca su sabor, a la mezcla se le colocan los pétalos molidos de la flor y se agrega un poco de esencia de vainilla al gusto.
Luego de que el preparado hierve en la olla y se espesa, el atole está listo para servirse en las tazas y compartir en familia.
A sus 16 años, Karina aprendió a realizar el atole de cempasúchil, por las enseñanzas de su abuelita, quien a su vez aprendió de su mamá y otras mujeres de su familia, que por generaciones han preparado el atole.
De ver y preguntarle a su abuelita cómo hacía la bebida calientita a base de leche, comenzó a realizarlo, una vez que mejoró el sabor y su técnica, la preparación de este atole de flor de cempasúchil se ha convertido en una tradición para la convivencia familiar.
Con el tiempo el atole de flor de cempasúchil se popularizó en Soledad y aunque hay algunos comercios en donde se prepara y vende esta bebida tradicional, la familia Rebolloso Muñoz únicamente la elabora para honrar las enseñanzas de sus ancestras y pasar un rato en familia.