La Semana Santa es un tiempo que las y los católicos utilizan para la reflexión y la austeridad, acompañando en corazón a Jesús en su doloroso camino hacia la muerte y resurrección, pasando por diversos pasajes como su entrada a Jerusalén, la última cena y el Vía Crucis.
En la Cuaresma y la Semana Santa la alimentación de los más devotos suele cambiar, esto en una forma de acompañar a Jesús en sus tiempos de ayuno y dolor. Es por eso que en la Cuaresma, tradicionalmente, se sustituye la carne por el pescado, se comen muchas verduras y la gente se abstiene de lo que consideran lujos.
Así nació la capirotada, postre tradicional mexicano que se prepara a base de pan duro, queso y algunos complementos que se solían tener de manera habitual en los hogares de este país. Al estar compuesto de sobras o ingredientes sencillos, se consideraba que este postre era perfecto para estas fechas.
En entrevista para EL UNIVERSAL San Luis Potosí, la cocinera potosina Martha Cansino compartió la receta de este legendario platillo. Señaló, que originalmente la capirotada se preparaba de manera muy sencilla, a base de pan, piloncillo y queso, pero que con el tiempo se le fueron agregando más ingredientes que la complementaban, estos son:
El modo de preparación es el siguiente: por un lado, se prepara la miel de piloncillo, la cual se crea a partir de derretir a fuego lento el piloncillo con canela y miel hasta que espese y se reserva.
Al mismo tiempo, ocuparás una sartén se colocan tortillas, que servirán para que no se pegue la capirotada. Luego se pondrá una capa de pan tostado con almendras, nueces, cacahuates, pasas, coco rayado, un puñito de cada cosa, y rebanadas de queso. Por último, se alternarán las capas de los ingredientes anteriores hasta terminar bañándolo con la miel y con grajeas de colores.