Con más de 90 años de historia, la fábrica de chocolates se ha consolidado como uno de los orgullos más dulces de San Luis Potosí.

Fundada en 1930 por José Costanzo Navazzotti, comenzó como una pequeña microempresa en la calle Guerrero, a la altura del pasaje Lozada, en el corazón del Centro Histórico de la capital potosina.

Cinco años después, en 1935, Costanzo adquirió una finca en la calle de Galeana, donde estableció formalmente su fábrica.

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Desde entonces, ese edificio se convirtió en el epicentro de la elaboración de chocolates y dulces que generaciones de potosinos han disfrutado y reconocido por su calidad y sabor inconfundibles.

Durante décadas, la fábrica de la calle Galeana no solo fue el lugar de trabajo para más de un centenar de personas, muchos de ellos con más de 40 años de trayectoria, sino también un símbolo de identidad local.

Con una superficie de mil 977 metros cuadrados, la planta produjo artesanalmente los más de 150 productos que hoy distinguen a la marca.

Sin embargo, en 2020, y con miras a modernizar su producción sin perder la esencia que la caracteriza, Costanzo decidió expandirse hacia la zona industrial de San Luis Potosí.

Allí construyó una nueva planta de 8 mil 100 metros cuadrados, equipada con tecnología de punta. Esta nueva fábrica es cuatro veces más grande que la original y permite una producción a gran escala, respetando siempre las recetas originales que han dado prestigio a la marca.

Aunque la fábrica de Galeana dejó de operar como centro de producción, su legado continúa.

El edificio ha sido transformado en una tienda donde los productos emblemáticos de Costanzo siguen estando al alcance de los consumidores, convirtiéndose además en un punto histórico para la marca potosina.

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