Más Información
En San Luis Potosí, la celebración de la Procesión del Silencio es el evento religioso más importante que desde hace 70 años se ha celebrado cada Viernes Santo en conmemoración al luto de la Virgen María por la muerte de Jesús en el vía crucis.
Una de las cofradías más representativas en esta marcha silente en la capital potosina es la de “La Preciosa Sangre”, la cual data de hace 55 años y pertenece a la Parroquia del Sagrario Metropolitano, mejor conocida como La Compañía, en ella cada año marcha Carlos Rafael Díaz, presidente de la misma que fue fundada un 24 de marzo de 1968.
Comparte que a lo largo del recorrido una de las imágenes que más respeto y curiosidad causan a los espectadores, es la de los cofrades, algunos "encapuchados" como parte de la indumentaria, con túnicas en colores sobrios en alución al luto, van descalzos y otros más hasta encadenados avanzando conforme al unísono de la trompeta y tambor, en absoluto silencio y sintiendo el dolor de María por ver morir a su hijo en la cruz.
Admite que los turistas se quedan atónitos conmovidos por las imágenes que transitan ante ellos que pesan más de 2 toneladas y son cargadas por los costaleros, mientras la saeta acompaña el andar de los cofrades que marcan el ritmo con tambor, trompeta y otros más con veladoras en manos.
Carlos Rafael Díaz, narra que desde el inicio cada hombre y mujer que se han sumado a convertirse en cofrades durante la Semana Santa, han sido "tocados y movidos" por su fe y en algunos casos por la huella que algún milagro ha dejado en sus vidas.
Su pasión por participar en la Procesión del Silencio nació en 1977 cuando siendo un niño acompañó a su familia a presenciar una de las ediciones de la marcha silente guiada por el sonido de los tambores, al ver la entrega y el compromiso de las y los cofrades acompañando cada imágen de Jesús Cristo, sintió la necesidad de ser parte de ello.
“Entré muy pequeño, como unos 7 años, me llevaba mi familia; desde niño me gustó. Ahora soy el presidente desde el 12 de diciembre de 1995, soy el encargado de las imágenes porque soy el dueño ahora y sigo aquí desde 1995, espero unos años más retirarme porque voy a cumplir 46 años de participaciones”, comentó Carlos.
Expresó que durante los 46 años en los que ha participado como cofrade en la Procesión del Silencio, han existido momentos críticos, porque la gente no respeta a los cofrades, pues pese a que algunos realizan la marcha silente descalzos arrojan a la calle, por donde pasan los marchantes, colillas de cigarro o algunos objetos que han provocado accidentes o heridas en los participantes; además de las cuestiones climáticas como lluvias en algunas de las ediciones.
No obstante lo más apasionante es compartir la devoción a Cristo y la Virgen, pues mencionó que muchos de los y las participantes acuden a las cofradías para pagar mandas, es decir el favor de que la virgen o Jesús les concedieron a través de milagros, ya sea por cuestiones de salud, económicas o personales.
Además de que a su vez se mantienen vivas las tradiciones religiosas y culturales que han catapultado al estado en las vacaciones de Semana Santa como uno de los destinos turísticos más visitados para vivir la experiencia de la Procesión del Silencio, la cual se busca que sea nombrada Patrimonio Histórico de la Humanidad, al ser la única Procesión que se realiza en pleno silencio, guiada únicamente con el toque del tambor que va guiando los pasos de los participantes por las principales calles del centro histórico con un recorrido total de casi 4 kilómetros.
Carlos resume que, ser cofrade va mucho más allá de la caminata nocturna del Viernes Santo, más allá de la tradición que en San Luis se vive desde hace 70 años, pues para quienes la viven las emociones se desbordan y la noche culmina cuando a cada paso reviven la muerte y el sacrificio del hombre cuya muerte ha marcado a la humanidad.