En el corazón del mercado Hidalgo, ubicado en el Centro Histórico de San Luis Potosí, rodeada de figuras de Niños Dios de todos tamaños y una amplia variedad de atuendos bordados a mano, Berenice Mendoza, comerciante con más de una década de experiencia, en entrevista para , platicó sobre una tradición profundamente arraigada en San Luis: vestir al Niño Dios.

"Tenemos ropa para todos los gustos y necesidades", explicó

Berenice comentó que vende trajes tradicionales, desde los bordados a mano, que son de primera calidad y pueden costar más, hasta opciones más económicas.

Foto: Jazmín Ramírez García
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"Los precios dependen del material y de la talla, porque manejamos desde el Niño Dios más grande, que es del número 80, hasta el más pequeñito, del número 0, que se mide en centímetros", detalló.

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¿Por qué vestimos al Niño Dios el 2 de febrero?

El 2 de febrero, Día de la Candelaria, se celebra la presentación del Niño Dios en el templo, 40 días después de Navidad. Tras la Rosca de Reyes, quien encuentra al muñeco lo viste y lo lleva a bendecir En las familias mexicanas simbolizando protección, algunas personas también lo hacen como “manda”, para pedir un favor a la imagen.

¿Cuáles son los trajes de Niño Dios más solicitados en SLP?

A lo largo de los años, Berenice afirmó que ha notado que ciertos atuendos tienen una demanda especial.

"El traje de Niño doctor es de los más buscados, sobre todo por personas que tienen un familiar enfermo o necesita pedir un milagro relacionado con la salud y después de ese el más solicitado es el vestido de tela de manta", señaló.

Además, compartió que el tamaño más popular entre los compradores es el Niño Dios mediano, de entre 30 y 50 centímetros.

"Es el que más llevan porque es práctico para vestir y no ocupa tanto espacio en los altares o mesas de las familias", comentó.

Aunque la tradición se mantiene constante, también hay cambios en las preferencias de los clientes.

"Últimamente han comprado mucho los Niños Dios de color negrito, es común que las personas que tienen una manda se lleven ese en particular, porque representa algo especial para ellos", explicó.

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Foto: Jazmín Ramírez García
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Más de 15 años de tradición

El negocio de Berenice Mendoza no solo se trata de vender ropa y accesorios; es también un reflejo de la cultura y la fe de los potosinos.

"El negocio es de mi tía y yo le ayudo, pero cada año vemos cómo la gente sigue manteniendo viva esta tradición y nosotros estamos todo el año, aunque la fecha que más se vende es de octubre hasta marzo", subrayó.

Entre bordados, imágenes y plegarias, el trabajo de la familia Mendoza es un recordatorio de que la tradición del Niño Dios sigue siendo una parte fundamental de la identidad y espiritualidad de muchas familias en San Luis Potosí.

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