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Cristian Rubén Pérez es un danzante azteca originario de la comunidad Emiliano Zapata perteneciente al municipio de Villa de Reyes, San Luis Potosí, y se encuentra representando a México en el 28 Festival Internacional Folclórico, celebrado en la ciudad de Macerata, al este de Italia.
Desde niño conoció la danza gracias a la herencia de sus padres y abuelos, la práctica desde que tiene memoria y poco a poco se fue convirtiendo en su más grande pasión, misma que hoy lo han llevado al otro lado del mundo y poner en alto el nombre no sólo de San Luis Potosí, sino de México y sus raíces.
Como parte de la agrupación Quinto Sol, Christian ejecuta espectaculares danzas, las cuales ha presentado en diferentes partes de la entidad y el país.
El festival se desarrolla desde el 17 al 21 de agosto en Italia, ésta es la primera vez que Cristian participa en un evento de expresión artística fuera de las fiestas patronales y regionales.
Con una energía única, el joven de 28 años inició sus presentaciones la noche del jueves cautivando a los asistentes por el ritmo, los movimientos, símbolos y cada uno de los componentes de la danza azteca.
El objetivo de este festival de folclor es valorizar el patrimonio cultural del pueblo para priorizar entre las nuevas generaciones. En esta misma categoría participan también representantes de Estados Unidos, Eslovaquia, Hungría y México.
Danza azteca, herencia de los antepasados
En los municipios y comunidades de San Luis Potosí, la danza azteca sigue siendo un elemento fundamental para acompañar las fiestas o celebraciones patronales.
Este tipo de danza originaria de México es una representación de los rituales que se hacen mediante una serie de movimientos corporales acompañados de música rítmica producida principalmente por instrumentos de percusión.
No sólo la música forma parte de los elementos característicos de la danza azteca, la ropa, penacho y cada uno de los elementos que se integran a la vestimenta tienen un significado y razón de ser.
Aunque los antepasados usaban pieles de animales en sus vestimentas, los danzantes hoy en día usan telas como mantas y algunas otras sintéticas; además portan accesorios como muñequeras y adornos en las piernas que provocan ruido como cascabeles.