Hoy 15 de noviembre, se conmemora el Día Nacional contra el Uso Nocivo de Bebidas Alcohólicas. Según la Ley General de la Salud, su uso se refiere al consumo por menores de edad, mujeres embarazadas, conductores, personas que desempeñarán tareas con ciertas habilidades o cuidado de personas, así como pacientes de enfermedades crónicas y el consumo en exceso en general que puede provocar adicciones.
La importancia de visibilizar las consecuencias de la adicción al alcohol, ha provocado conocer múltiple historias con el paso del tiempo, una de ellas, es la de Carlos Martínez, quien decidió relatar su experiencia en una entrevista con EL UNIVERSAL San Luis Potosí, con el fin de ser un ejemplo de inspiración para recuperar una vida. Actualmente se dedica a la gastronomía, pasión con la que ha logrado reconocimiento internacional.
El originario de Rioverde asegura que el mal manejo de sus emociones y tener padres ausentes por el trabajo, fueron algunas de las razones que lo condujeron a su adicción al alcohol y las drogas, las cuales también manejaron parte de su vida. "Me hizo falta un abrazo, o un te quiero", señala, Carlos, quien considera que sus padres tampoco eran afectuosos con él cuando era un niño.
Las adicciones lo llevaron a entrar varias veces en la rehabilitación, sin éxito. Hasta que finalmente, fue anexado, en ese lugar pudo recibir ayuda profesional y entender que la raíz de todo eran sus emociones. De la mano de su "padrino" superó poco a poco sus problemas, enfrentar y entender sus emociones y encomendó su vida a Dios.
“Para eso son este tipo de centros de rehabilitación, para que, con terapia de autoayuda, alguien te exprese sus sentimientos, su vida y te diga cómo le hizo para superarlo y pues yo para superarlo tuve que investigarme mi interior, desde dónde venían todos esos sentimientos y tratarlos de superar, de entregárselos a Dios, a un poder superior.”
Si bien la parte más difícil estaba superada, al salir de rehabilitación se enfrentó con la estigmatización. Al salir de las adicciones, la gente inmediatamente lo etiquetó como: “alcohólico”, “drogadicto” e incluso, “tatuado”, debido a los que tenía en todo su cuerpo. Sin embargo, con la cabeza en alto, siguió yendo a sus terapias y poco a poco salió adelante.
“Y dar gracias a Dios, sobre todo encontrar a Dios porque uno pierde hasta la fe en ese mundo del alcohol, uno pierde la fe y la esperanza; ahí y la vuelve uno a obtener, a recuperar.”
Tras estos momentos de dificultad, Carlos no solo salió adelante de las adicciones, también se ha convertido en un ejemplo de superación para los jóvenes y adultos de Rioverde, donde actualmente relata su historia en escuelas de esta ciudad, gracias a que el presidente del municipio Arnulfo Urbiola Román se interesó por su historia.
“A él le pareció extraordinario que no cualquiera deja ese mundo de alcohol y drogas y me dio la oportunidad de ir a las escuelas a dar mi testimonio y de que se pueden hacer las cosas bien y que se puede salir adelante de ese mundo. Porque ese mundo es un abismo, es un hoyo negro que está bien difícil salir. Pero sí se puede porque yo lo pude hacer.”
Asimismo, encontró una pasión que seguir en su vida. Tras salir de rehabilitación, un amigo parrillero lo invitó a trabajar en su restaurante y, a partir de ahí, se enamoró de ese arte culinario.
Al ahorrar un poco, logró abrir su propio negocio de comida y, ha estudiado cursos, perfeccionado su técnica e, incluso, participó en un concurso de parrilleros en Cali, Colombia, donde fue reconocido por su sazón.
“Yo prefiero estar ahorita en el presente disfrutando lo que Dios me da la oportunidad, que me sigue presentando más en la parrilla. Pues voy creciendo cada día más como parrillero.”
Con su historia y aprendizajes, ha pedido a niños, jóvenes y adultos que si están a punto de caer en una adicción, busquen ayuda, porque aunque es difícil salir, no es imposible, "si yo pude, ellos pueden". Carlos participará en otro concurso culinario en Houston, Estados Unidos, donde espera conquistar a todos con su sazón, su técnica y llevar su nombre en alto.