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Con la llegada del Día de Muertos, la Huasteca potosina se viste de colores, música y tradiciones que conforman el Xantolo, la celebración más emblemática de la región.
Los municipios como Xilitla, Axtla de Terrazas, Tampamolón Corona, Tamazunchale, San Martín Chalchicuautla, Aquismón, San Vicente, entre otros se han convertido en escenarios perfectos para quienes buscan capturar la esencia de esta festividad a través de la fotografía.
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Las calles se llenan de altares, velas, flores de cempasúchil, adornos y los habitantes participan en vistosos desfiles y danzas que dan vida a las tradiciones de los pueblos indígenas.
Aquí te presentamos algunos de los mejores lugares en San Luis Potosí para fotografiar el Xantolo y llevarte una imagen inolvidable de esta celebración ancestral.
Xilitla, el encanto surrealista
Xilitla es famoso por el Jardín Escultórico de Edward James, pero durante el Xantolo este Pueblo Mágico se transforma en un escenario único. Las calles empedradas, envueltas en neblina matutina, se llenan de altares y comparsas.
Las tradicionales danzas con sus coloridos trajes y máscaras, ofrecen un contraste perfecto con la vegetación selvática del lugar. Las casonas coloniales decoradas para la ocasión son lugares ideales para una sesión fotográfica que mezcla la magia del surrealismo con la tradición mexicana.
Axtla de Terrazas, el Pueblo Mágico “de la salud”
Axtla es conocido por sus tradiciones curativas y chamanismo, pero en Xantolo sus calles se llenan de altares y ofrendas monumentales.
Uno de los mejores spots para fotografiar es el Castillo de la Salud, una edificación que parece salida de un cuento, decorada con flores y papel picado. Las comparsas que recorren el pueblo al ritmo de la música tradicional son otro atractivo visual, con sus coloridos atuendos que danzan en honor a los difuntos.
Ciudad Valles, corazón de la Huasteca
Como la ciudad más grande de la región, Ciudad Valles ofrece una mezcla de tradición y modernidad. Durante el Xantolo, sus plazas y avenidas principales se convierten en el escenario de desfiles multitudinarios.
Los altares colocados en espacios públicos y las casas particulares adornadas con ofrendas ofrecen un abanico de colores y simbolismos que capturan la esencia del día de muertos.
Tamazunchale, tradición y montaña
Tamazunchale, con sus montañas y paisajes naturales, ofrece un escenario inigualable para fotos durante el Xantolo. Las comparsas se desplazan por sus empinadas calles, creando una atmósfera única. Las calles adornadas con flores de cempasúchil hacen de este municipio un lugar perfecto para quienes buscan capturar imágenes que mezclan naturaleza y tradición.
San Martín Chalchicuautla, el corazón del Xantolo
San Martín es considerado el epicentro del Xantolo. Aquí se lleva a cabo una de las celebraciones más grandes y auténticas de toda la Huasteca. Las danzas de huehues y las comparsas recorren las calles del pueblo, llenando de vida cada rincón. El ambiente es vibrante, y cada esquina es un espacio ideal para fotografiar la tradición en su máximo esplendor. La Plaza Principal, iluminada por las velas de los altares, es uno de los lugares más representativos para capturar la esencia del día de muertos.
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Tampamolón Corona y Aquismón, pequeños tesoros huastecos
Estos municipios, aunque pequeños, ofrecen paisajes rurales perfectos para captar la tranquilidad y el respeto que rodean al Xantolo. Las pequeñas iglesias, los altares comunitarios y la participación de los habitantes en los rituales hacen de estos lugares escenarios íntimos para fotografías que retratan la conexión entre la vida y la muerte.
San Vicente Tancuayalab, tradición en cada rincón
San Vicente Tancuayalab es otro municipio donde la tradición huasteca cobra vida durante el Xantolo. Las comparsas recorren las calles adornadas con flores de cempasúchil y papel picado, y las casas abren sus puertas para mostrar los altares familiares. La Iglesia de San Vicente es uno de los puntos más fotografiados, rodeada de los colores y aromas de la celebración.
El Xantolo en la Huasteca potosina no sólo es una oportunidad para vivir una de las tradiciones más antiguas de México, sino también un momento perfecto para capturar, a través de la lente, la belleza de esta celebración que une a los vivos con los muertos en un entorno de color, música y cultura ancestral.
