Dentro del parque Tangamanga I, frente al Teatro de la Ciudad, se encuentra la estructura de un castillo abandonado, el cual, entre el ambiente boscoso, recuerda a algún castillo medieval europeo en ruinas.
Esta estructura pertenecía al Castillo Encantado Tangamanga, pequeño museo interactivo donde niñas y niños entraban a divertirse al mismo tiempo que aprendían, escuchando historias y recorriendo espacios que, más allá de estar encantados, jugaban con las leyes de la física para entretener a las y los menores.
El castillo se encuentra “cerrado permanentemente” tal como se señala en Google Maps. Cerró sus puertas temporalmente a causa de la pandemia de Covid-19 y fue el 22 de septiembre del 2021 cuando el staff anunció una despedida con el mensaje: “Ojalá un día nos volvamos a ver, muchas gracias a todas las personas que estuvieron todos estos años".
Sin embargo, fue casi un año después, el 13 de noviembre del 2022, que colocaron una foto de perfil con la leyenda: “cerrado definitivamente ¡hasta siempre!”, anunciando de manera irrevocable su ida.
A partir de ahí, el castillo fue totalmente abandonado y poco a poco perdió el encanto que lo caracterizaba, la limpieza de sus áreas y la conservación de sus instalaciones.
En un recorrido que hizo EL UNIVERSAL San Luis Potosí se pudo constatar el deterioro del castillo que antes había brindado tantas alegrías a cientos de niñas y niños curiosos por la magia y la ciencia.
Desde el camino que guía al castillo se puede notar una falta de limpieza en la zona, pues hojas secas tapizan el piso y dentro de un río falso que había frente al castillo. En la fachada de la estructura, faltan las imágenes de dragones y criaturas mágicas, dejando ahora sólo espacios verdes.
Además, cabe destacar la destrucción de unas figuras de cocodrilo que cuidaban la entrada al castillo y, por si fuera poco, el pozo de los deseos que se encuentra por detrás de la estructura, ahora está tapado con tierra y vandalizado.
En redes sociales, potosinas y potosinos han externado su descontento y melancolía al ver en total abandono un sitio que les causó tantas alegrías al ser menores.