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La riqueza cultural de nuestro país nos permite contar con una basta cantidad de atuendos típicos, en el caso de San Luis Potosí el traje tradicional indígena se conoce como dhayemlaab.
En la indumentaria tradicional femenina de las huastecas aparecen dos elementos que la hacen distinguir del resto de los atuendos regionales.
Estas prendas se llaman quechquémel y petop; nunca deben faltar en la vestimenta de las mujeres huastecas.
El dhayemlaab debe considerarse como una prenda sagrada de las indígenas teenek de la Huasteca potosina.
¿Qué prendas son características del dhayemlaab?
El Dhayemlaab se compone de una blusa o saco suelto, están elaboradas de percal floreado o de artisela de colores brillantes como rosa o azul; tiene manga abullonada, cuello alto y pechera tableada, termina en la cintura con un olán o faldilla suelta que cubre la faja.
El traje típico de San Luis Potosí lo compone también una falda de enredo que llega pocos centímetros debajo de la rodilla.
Se fabrica de manta blanca o de tela negra y liso atrás; al frente tiene cuatro tablones. El enredo está sostenido por una faja hecha en fábrica con rayas jaspeadas rojas y azules y lleva un fleco trenzado en ambos extremos, según describió el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).
Arriba de todas estas prendas va el quechquémel, es una especie de rebozo que tiene como característica un fleco de lana hecho aparte y unido a la tela con cadeneta en los mismos colores de los dibujos que son el anaranjado, el rosa, el morado y el verde.
En el escote del quechquémel hay un borde con picos que forman rayos. Está labrado con estambre de colores en punto al pasado y lleva los picos volteados hacia arriba.
La otra prenda característica es una corona conocida como el “petop”.
El tocado se elabora con madejas de estambre sobrepuestas, que las mujeres aumentan por medio de un armazón de bejuco.
El pelo dividido en dos, cruza la nuca sobre el “petop” para formar un aspa; pasa otra vez alrededor del aro sobre las orejas y acaba sobre la frente en otra cruz. Forma seis rombos de pelo que dejan ver el anaranjado, el morado, el rosa y el verde de los estambres delgados.
Arriba de este peinado las mujeres ponen un pañuelo de artisela, ensartando una de la puntas en el estambre exactamente en el centro de la cabeza y dejándolo caer por detrás.