“Tómense muchas fotos con sus familias y sus seres queridos”, recomienda Juan Carlos Loredo Rodríguez, mejor conocido en redes sociales como “El Restaurador”, quien desde hace alrededor de 3 años se ha dedicado a la labor de restaurar, mejorar, digitalizar y modificar fotografías, especialmente fotografías antiguas o dañadas, pero se ha dado cuenta que su labor va más allá de eso y en realidad su trabajo alivia también los corazones de muchas personas.
Carlos Loredo recuerda que todo empezó poco tiempo después de que llegó el Covid-19 a San Luis Potosí en el año 2020 y en la empresa de autopartes en donde actualmente sigue trabajando como montacarguista lo descansaron un mes sin goce de sueldo precisamente por las circunstancias de la pandemia, por lo que estando en su casa entró a un grupo en facebook de edición de fotografías, en donde se enteró de varias aplicaciones que ayudan a restaurar fotografías por lo que empezó a practicar con algunas tomadas de internet y mucha gente lo empezó a felicitar por los resultados cuando subía el antes y el después a sus redes sociales “pero fue la desesperación de que ya no tenía dinero lo que me orilló a dedicarme a esto más en serio”.
Recordó que aunque no tiene ningún estudio formal en fotografía ni mucho menos la carrera de diseño gráfico, esta labor se le ha facilitado “parece que era un talento oculto que desconocía” y fue así que una señora de Monterrey, lo contactó también por redes sociales, siendo que le ofreció su primer trabajo como restaurador al recuperar una fotografía de una tía que acababa de fallecer.
Después de eso y gracias a que a la clienta le gustó el resultado, fue que se puso a practicar más y a investigar más para poder tener mejores resultados, todo de manera autodidacta y vio además que era la forma en que podía sacar un dinero extra mientras se encontraba en su casa sin poder regresar a laborar a su empresa “saqué unos 800 pesos en una semana y me di cuenta que esto me ayudaría a sobrellevar la situación”.
Después promocionándose en grupos de Facebook y sobre todo recomendado de boca en boca gracias clientes satisfechos, cada vez más gente lo conoce y tiene más clientes, incluso se ha aliado con un estudio fotográfico para poder entregar los trabajos impresos, de distintos tamaños y enmarcados “me han llegado trabajos también desde fuera del país, desde Estados Unidos, desde Cuba, desde España y Argentina”, señaló.
No obstante a pesar del beneficio de realización personal y sentirse orgulloso de haber descubierto un talento, hacer un trabajo que le gusta y que además es bien remunerado, la razón que más lo motiva es que su labor va más allá de eso y se ha dado cuenta que ayuda a muchas personas a aliviar aunque sea un poco su corazón en medio de situaciones difíciles como la muerte de un familiar.
“Una de las reacciones que me tocó a mí el corazón fue el de una chava que quería que restaurara la fotografía de su hermana, pero la foto ya estaba muy dañada, le eché ganas y la dejé perfecta, saqué la impresión y se la entregué en el estacionamiento de un centro comercial, tanta fue su sorpresa que la chica lloró de la emoción de volver a ver a su hermana y hasta se desmayó, era la única foto que tenía de su hermana y pues eso me motiva, les ayudo a regresarles algo a las personas, algo que pensaban ya tenían perdido, ver su emoción es la mejor paga”, comentó.
Otro de los casos que recuerda mucho es el de una chica que vive en la delegación de La Pila, le pidió hacer un trabajo de unir dos fotografías, es decir, ella quería salir junto con su hermano en una foto, desafortunadamente no tenía ninguna con él, hace tiempo que su hermano se había ido a los Estados Unidos y posteriormente falleció allá, entonces “con mucha tristeza me dijo que no tenía ninguna foto con su hermano y ya no iban a poder tomársela y quería que le ayudara a hacerlo posible”.
Carlos sabe que no es el único que se dedica a hacer este tipo de trabajos, pero también conoce que muchos profesionales de la fotografía o del diseño gráfico que hacen este tipo de restauraciones cobran entre dos mil o hasta cinco mil pesos dependiendo la complejidad de la imagen, mientras sus precios son mucho más bajos y aunque le han dicho que fácilmente pudiera cobrar más, prefiere mantener sus precios para que sea accesible a más personas y para que ellas mismas sean las que después lo recomienden.
Recordó que también ha hecho algunas imágenes simplemente por el gusto de hacerlas, las cuales se han hecho virales y hasta le han sugerido que todas sus obras las registre con derechos de autor para obtener regalías, tal es el caso de una imagen que hizo cuando se dio la muerte del “Rey del Wepa”, Juan Manuel Quistián y la compartió en sus redes, la cual ya ha sido replicada en murales de chavos banda.
Algo similar ocurrió con el caso del actor Octavio Ocaña cuando “hasta de la familia de él me hablaron y me agradecieron por la imagen” la imprimieron en carteles y camisetas “salió en la televisión que usaban la imagen que yo hice en la marcha para exigir justicia por su muerte”.
Por último admitió que al cada vez tener más ingresos por este trabajo, ha pensado dedicarse a ello tiempo completo, incluso realizar estudios académicos formales en diseño y fotografía, asimismo hizo hincapié en que aunque es satisfactorio ayudar a mucha gente, la mejor recomendación que puede hacer a todas las personas es que se tomen fotos con sus familiares cada vez que tenga la oportunidad “es muy doloroso y triste que te piden un trabajo porque no tienen fotos con sus papás o con sus hermanos”.
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