El Detalle: La macabra hacienda de Cantinflas escondida en medio de la Huasteca

Más de San Luis | 01-11-25 | 10:05 | Actualizada | 01-11-25 | 10:05 |

Fabiola Hidalgo

Entre la densa vegetación de la Huasteca potosina, a pocos kilómetros de Ciudad Valles, se levanta una estructura silenciosa, corroída por la humedad y el tiempo. Es la Hacienda “El Detalle”, una casa de descanso que Mario Moreno “Cantinflas” mandó construir en 1942, cuando la fama lo había convertido en el rostro más querido del cine mexicano.

Lo que alguna vez fue un paraíso personal de más de cien hectáreas, hoy yace en ruinas. Sin embargo, sus muros aún guardan secretos, ecos de risas y sombras que los lugareños aseguran siguen manifestándose entre los pasillos vacíos.

Foto: Huasteca Potosina Tours.

En su apogeo, “El Detalle” era una joya arquitectónica. Con un diseño inspirado en las haciendas coloniales, contaba con doce recámaras, una alberca olímpica revestida con mosaicos de Talavera, una plaza de toros bautizada “La Cholita”, en honor a su madre, y un amplio salón de fiestas donde se proyectaban las películas del propio Cantinflas.

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La hacienda fue el escenario de convivios con estrellas del cine de oro mexicano como María Félix, Jorge Negrete y Pedro Infante. Las fiestas eran legendarias: música en vivo, películas al aire libre y, sobre todo, la generosidad del actor, quien solía formar en fila a sus trabajadores para repartirles billetes como muestra de gratitud.

Foto: Huasteca Potosina Tours.

Además de sus lujos, “El Detalle” reflejaba las excentricidades del comediante. En el terreno mandó construir un pequeño estanque que funcionaba como cocodrilario, donde mantenía una de sus mascotas más peculiares.

Su piscina —rodeada de una barra y decorada con esculturas taurinas— era el corazón de las fiestas. Se dice que desde el trampolín del segundo piso, el propio Cantinflas realizaba clavados mientras los invitados aplaudían desde la terraza. En las noches, las aguas reflejaban la luz de un proyector donde se reproducían sus películas más recientes.

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El esplendor terminó tan pronto como empezó. Existen dos versiones sobre el motivo del abandono. La primera, la más difundida entre los habitantes de Ciudad Valles, afirma que Cantinflas fue amenazado por el poderoso gobernador Gonzalo N. Santos, tras ganarle una carrera de caballos. Ofendido por la derrota, el político habría prohibido al actor volver a la región bajo advertencia de muerte.

La segunda versión, sostenida por la familia del gobernador, niega cualquier conflicto y atribuye el abandono a problemas económicos: plagas, como la mosca prieta, el clima adverso y el alto costo de mantener la hacienda. Cualquiera que haya sido la causa, lo cierto es que Cantinflas jamás volvió.

Su hermano quedó a cargo, pero con el tiempo las tierras se malbarataron, los muebles desaparecieron y la propiedad fue absorbida por el ejido local.

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Foto: San Luis Potosí Turismo.

El abandono trajo consigo otra historia: la de lo paranormal. Investigadores y curiosos aseguran que en los pasillos del antiguo caserón se perciben presencias, voces y luces que no tienen explicación.

En 2021, el investigador Carlos Trejo afirmó haber captado una sombra humana en los muros de la hacienda, asegurando que podría tratarse del espíritu del propio Cantinflas, eternamente ligado a su refugio potosino. Los lugareños, por su parte, cuentan que en noches de lluvia se escucha música proveniente del antiguo salón de fiestas y que en el balcón principal se asoma una figura vestida de blanco contemplando el horizonte.

Foto: Huasteca Potosina Tours.

Hoy, un grupo de jóvenes del canal “Tutoriales CHR” lidera una iniciativa para devolverle la vida a este ícono arquitectónico. Con apoyo de donaciones simbólicas y recursos generados por internet, han comenzado a limpiar, pintar y restaurar la estructura principal.

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Su labor busca no solo recuperar el valor histórico de la hacienda, sino también rendir homenaje al legado de Cantinflas y atraer turismo cultural a la región. Aunque el proyecto avanza lentamente, cada visita y cada aporte acercan a “El Detalle” a su antiguo esplendor.

A más de ocho décadas de su construcción, la hacienda sigue siendo un lugar donde la realidad se mezcla con la leyenda.