Quizá su caso no tuvo la repercusión y difusión como el homicidio de Enrique 'Kiki' Camarena, agente de la Agencia Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés), a manos de Rafael Caro Quintero y el Cártel de Guadalajara; pero aún se recuerda cuando Los Zetas ejecutaron a un policía estadounidense en San Luis Potosí (SLP).
Por este crimen fueron sentenciados a cadena perpetua José Manuel García 'El Zafado', de 36 años, y Jesús Iván Quezada 'El Loco', de 29, presuntos integrantes de la banda criminal; aunque en 2020 fue anulada la condena y se ordenó un nuevo juicio.
En marco de la colaboración binacional, no es raro la presencia de agentes estadounidenses en nuestro país para desmantelar redes de bandas del narcotráfico.
El asesinato del agente Jaime Zapata, cometido el 15 de febrero del 2011, se convirtió en el segundo ataque en la historia cometido en territorio mexicano contra un policía norteamericano.
El elemento del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), Jaime Zapata, fue emboscado por los sicarios de Los Zetas en una carretera de San Luis Potosí.
Ese día del ataque a balazos iba acompañado por Víctor Ávila, quien resultó lesionado en la agresión, pero sobrevivió para rendir su declaración y ser testigo en el juicio.
Se sabe que el agente de ICE se ofreció para llevar equipo táctico especial para terminar una misión de alto perfil que sus compañeros realizaban en territorio mexicano. Los detalles de la operación nunca se revelaron, sólo se sabe que el material debía ser trasladado por tierra hasta la Ciudad de México.
En el informe presentado por la Fiscalía en el Distrito de Columbia se mencionó que el día de los hechos, Zapata y Ávila se encontraron con dos de sus colegas en El Altiplano de Potosí en el kilómetro 100 de la carretera federal 57.
Los agentes adscritos en Monterrey; Nuevo León, fueron los primeros en recibir el cargamento y su misión era entregarla a otros policías en San Luis Potosí; estos llevarían el equipo hasta la capital.
En el reporte DI-19-0071 del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se detalla que uno de los involucrados mencionó específicamente que no era un buen momento para transitar por esta zona y el peligro era mayor.
Aparentemente un informante advirtió sobre el riesgo de la ruta, se tenían datos de los enfrentamientos que estaban ocurriendo entre las autoridades estatales y el Ejército con miembros del cártel de Los Zetas en las áreas de San Luis Potosí y Zacatecas.
Pero los superiores de los agentes del ICE no lo informaron o prepararon correctamente a Zapata y Ávila para llevar a cabo la misión. Además, mencionan que el vehículo era obsoleto para transportar el cargamento; a pesar de tener blindaje especial contra balas de alto calibre, granadas y hasta minas terrestres; no tenía las llantas adecuadas y los seguros se abrían automáticamente al detener la marcha.
Un factor más que hacía de alto riesgo la misión era que supuestamente en ese instante policías municipales y estatales hacían tareas de halcón para 'Los Zetas'.
Tras encontrarse con Zapata y Ávila en el punto de reunión establecido, los agentes del ICE de Monterrey trasladaron de su vehículo a la camioneta todo el material.
Se despidieron y vieron que los policías del ICE tomaron su camino rumbo a la CDMX. En el transcurso se detuvieron a comer en un restaurante de la cadena 'Subway', usaron los baños, y abandonaron el restaurante aproximadamente a las 2:00 pm.
Al tomar su viaje, Zapata venía manejando y cerca del marcador de milla 156 fueron atacados. El agente Ávila refirió que su compañero gritó que había sido herido, al voltearlo a ver observó un par de heridas en el pecho y cuello. La finalidad del ataque era robar su camioneta.
Los Zetas querían reponer vehículos perdidos en sus constantes batallas contra las autoridades mexicanas y otros cárteles que codiciaban la plaza.
Un intenso operativo se registró en la zona hace más de una década, para liberar tensiones diplomáticas entre ambos países.
Esta vez el Gobierno de México quería evitar conflictos por no detener o extraditar a los criminales que asesinaron a un policía estadounidense en territorio nacional.
Fue así como García y Quezada, finalmente fueron entregados a la Justicia de los Estados Unidos, junto con otros implicados que asumieron su culpa. El resto de los involucrados en el asesinato de Zapata son:
Se dice que estos prefirieron colaborar con las autoridades de los Estados Unidos como informantes.
Un punto controversial fue que los agentes del ICE violaron la ley al portar armas en territorio mexicano. Aunque se mencionó que ambos gobiernos acordaron informalmente que agentes extranjeros podían llevar armas de fuego de bajo calibre.
Debido a este suceso, la administración de Enrique Peña Nieto legisló para permitir la portación de armas hasta de calibre 40 a los agentes extranjeros de migración que trabajen en la frontera.