El Mercado Moctezuma, también conocido como el "Mercado de los Huarecheros", fue edificado en 1919 gracias al apoyo y colaboración del ayuntamiento de la época.
Según algunos comerciantes locales, el nombre "Mercado de los Huaracheros" se remonta a las décadas de 1960 y 1970, cuando el mercado era famoso por vender una gran variedad de productos tradicionales, incluyendo huaraches típicos de la región como el "Huarache Rio Verde", el "San Luis", y las llamadas “Burras”, que tenían la característica de ser construidas completamente de cuero y con suela de llanta, así mismo se podrían encontrar objetos como guajes, cazuelas de barro y otros artículos locales.
Pero con el tiempo, la mayoría de los comercios que vendían huaraches y otros productos tradicionales han desaparecido, y actualmente solo un 20%, de los locales se dedican a la venta de este tipo de calzado típico, lo que refleja un declive significativo en la presencia de huaracheros en el mercado.
Hoy en día, la mayoría de los locales comerciales en el mercado están ocupados por los llamados "garreros", que son tiendas especializadas en la venta de ropa vaquera y ropa infantil, lo que refleja un cambio significativo en la oferta comercial del mercado en la actualidad.
Es importante destacar que los pocos establecimientos que aún venden huaraches o calzado tradicional, en su mayoría ofrecen productos fabricados con maquinaria, mientras que solo algunos pocos conservan la tradición de vender huaraches hechos a mano y con suela de llanta, manteniendo viva la técnica artesanal original.
“Ya casi nadie trabaja ese tipo de huaraches, porque ya son muy difíciles de conseguir aún traen algunos cuantos pares de Rio Verde que aún están hechos a mano, pero la gente ya no los pide tanto y por eso cada vez se producen menos”, explicó con un locatario del mercado.
De manera similar, las zapaterías existentes en el lugar actualmente se enfocan en ofrecer calzado de producción industrial, como botas vaqueras, así como accesorios como cinturones vaqueros y ropa del mismo estilo, abandonando la tradición de la zapatería artesanal.
A pesar de su larga trayectoria, el mercado sigue siendo un lugar vibrante y concurrido, donde se entrelazan la actividad comercial y las tradiciones locales, conservando aún en sus pasillos el sabor y la esencia de la cultura potosina.