Es considerado como la leyenda e impulsor del son huasteco, Marcelino Tovar Huerta, mejor conocido como El Negro Marcelino, logró fama internacional gracias a su proyecto musical.
El originario de Ciudad Maíz quedó huérfano a temprana edad, por lo que para mantenerse se dedicó a trabajos del campo, específicamente como pastor.
Fue durante esa época cuando descubrió su gusto por la música y el canto, pues llegó a formar parte también del coro de la Iglesia de La Purísima Concepción.
Al cumplir 12 años de edad se trasladó a Ciudad Valles, donde comenzó a trabajar como ayudante de albañil, pero dos años después dejó ese oficio para laborar en el Hotel Colonial, como mesero.
En este sitio realizó sus primeras presentaciones y así logró colocarse en el gusto de los turistas con sus sones y huapangos huastecos.
Los seguidores de Marcelino comenzaron a apodarlo como "El Negro", ese mote lo adoptó para toda su vida.
Tovar tuvo un inicio profesional complicado, en 1950 conformó su trío con Reynaldo Calderón en la jarana y Juan Martínez en el violín; sin embargo, esta agrupación no duró mucho tiempo.
Luego reclutó a Heliodoro Copado y a Tomás Tovar, con quienes continuó forjando su camino dentro de la música tradicional huasteca.
Los traspiés comenzaron a convertirse en éxitos, se estableció como un destacado intérprete en 1963. En esa fecha grabó su primer disco llamado "Huasteca Linda. El Negro Marcelino y sus Huastecos".
Las canciones más famosas de este LP fueron: “El ranchero potosino”, “Cielito lindo”, “La presumida” y “El ausente”, entre otros.
Sus temas tuvieron gran aceptación y es así como inició a presentarse en todo el país e incluso su voz traspasó fronteras.
El Negro Marcelino y sus Huastecos lanzaron en 1966 su segundo disco titulado “Atardecer Huasteco”, con temas como “Las tres Huastecas”, “La malagueña”, “El nuevo querreque”, “La petenera” y “Atardecer huasteco”.
Para 1973 las giras internacionales eran más frecuentes, una de sus presentaciones más recordadas la realizó en Houston.
El Canal 13 lo invitó a participar en un programa especial junto a un grupo de violinistas españoles, logrando tal éxito y aceptación, que la emisión se repitió. En 1979, año grabó su tercer y último disco.
Marcelino se convirtió en uno de los cantantes favoritos de diferentes expresidentes de México.
Puede presumir de ser uno de los artistas que amenizó fiestas o reuniones privadas de los políticos Miguel Alemán Valdés, Lázaro Cárdenas, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y José López Portillo.
No fue extraño que El Negro Marcelino fuera invitado a cantar en el 50 aniversario del Partido Revolucionario Institucional, realizado en 1979 en el Auditorio Nacional.
Se dice que era asiduo a visitar Palacio Nacional y políticos de todos los niveles lo reconocían y saludaban con afecto. Su voz también deleitó a personalidades de la farándula como Emilio “El Indio” Fernández y Mario Moreno “Cantinflas”.
Tovar volvió a Ciudad Valles para fundar la primera escuela de danza, donde él mismo era instructor.
En 1980 enfermó de manera delicada, pero logró salir de los padecimientos; sin embargo, meses después volvió a recaer y falleció el 6 de marzo de 1981.