En San Luis Potosí, la Navidad no sólo se celebra con posadas y luces, sino también alrededor de la mesa.
Durante las fiestas decembrinas, una serie de platillos y antojitos tradicionales reaparecen de manera casi ritual, muchos de ellos preparados únicamente en esta época del año, como parte de una herencia gastronómica que combina influencias indígenas, españolas y del altiplano mexicano.
Uno de los platillos más representativos de la temporada son las enchiladas potosinas “navideñas”, que se distinguen por servirse acompañadas de pollo, crema, lechuga y, en algunos hogares, con un toque de mole o guisos especiales.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), las enchiladas potosinas forman parte del patrimonio culinario del estado y su consumo se incrementa notablemente durante celebraciones familiares, particularmente en diciembre.
Otro alimento que marca estas fechas es el pozole, tanto rojo como blanco, preparado especialmente para la noche del 24 y el 31 de diciembre.
Según datos del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, el pozole es uno de los platillos más consumidos durante las fiestas decembrinas, y en San Luis Potosí suele servirse como comida principal tras la tradicional Misa de Gallo.
En el terreno de los antojitos dulces, destacan los buñuelos crujientes y espolvoreados con azúcar o bañados en miel de piloncillo.
Estos dulces, elaborados principalmente en casas y mercados tradicionales, tienen un fuerte simbolismo navideño.
Acompañando estos sabores aparece el atole, especialmente el atole blanco, el de chocolate y el menos común, pero tradicional atole de teja, preparado con semillas tostadas.
En algunas zonas del estado, particularmente en comunidades del Altiplano y la zona Centro, también se elaboran tamales rojos y verdes, así como tamales dulces, que se reparten durante las posadas o al finalizar los rezos navideños.
Así, entre buñuelos, atoles y enchiladas, la Navidad en San Luis Potosí se vive también a través del paladar, confirmando que la cocina tradicional sigue siendo uno de los vínculos más fuertes entre la historia, la familia y la celebración.