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Inician en la Huasteca rodaje de cortometraje sobre voladores de Tamaletom y la primera mujer que rompe esquemas

Los creadores, ganadores del programa Huellas Verdes, buscan hacer cine con el menor impacto ambiental y mantener viva la cosmovisión indígena y su valor actual

Inician en la Huasteca rodaje de cortometraje sobre voladores de Tamaletom y la primera mujer que rompe esquemas. Fotos: Turismo Tancanhuitz
08/10/2022 |12:54
Nancy Lizet Hernández
RedactorVer perfil

Está semana iniciaron las grabaciones del cortometraje "Bajudh", que narra el proceso y lo que tuvo que vivir una mujer de raíces tének al querer encabezar uno de los rituales más importantes para la comunidad, ser parte de los voladores de Tamaletom.

La historia fue escrita originalmente por Armando Hervert Zúñiga, tiene a Carlos Matienzo Serment como director-guionista y a Ulises Castillo como productor, todos ellos potosinos, quienes participaron con esta obra dentro de la Convocatoria 2022 Chapultepec Huellas Verdes, donde resultaron ganadores en la región Centro-Occidente-San Luis Potosí, del "Concurso de Creación de Cortometrajes con Mejores Prácticas para Reducir su Impacto Ambiental".

La historia va más allá de contar la riqueza cultural de este municipio huasteco que a la fecha conserva un centro ceremonial de los voladores, donde no sólo celebran tradicionalmente los vuelos, sino que explora y expone la visión, lucha y resistencia de Bajudh, quien desde su niñez dentro de la cultura tének luchó abriéndose paso al privilegio de ser la primer mujer voladora de la Danza "Bixom T'iw" ó "Danza del Gavilán" en un mundo donde sólo los hombres podían tener 'el cielo bajo sus pies', según lo planteado en la sinopsis.

En este camino, Bajudh experimenta el rechazo y debe incluso enfrentarse al canon y esquema cultural de su comunidad, a su familia y a ella misma para encontrar la razón de su existir y entender su lucha, sus sueños y encontrar el sentido en cada uno de los símbolos que envuelven su cultura.

Los productores y guionistas refieren que esta historia representa la conexión con nuestros pueblos originarios.

La dirección y producción del filme se resume trabajando con una producción de bajo impacto ambiental con habitantes, voladoras y voladores reales de Tamaletom, quienes actúan dentro del cortometraje que cuenta con locaciones en el Centro Ceremonial de Tamaletom y cercanías de Tancanhuitz, y que se filmará hasta el próximo 10 de octubre del 2022.

De acuerdo a los planes del equipo de producción, el cortometraje se estrenará en diciembre de este mismo año.

Sobre los voladores de Tamaletom

Es uno de los rituales ancestrales que al día de hoy se mantienen vivos en el corazón de la Huasteca Potosina; en el municipio de Tancanhuitz, se celebra está ceremonia en la comunidad de Tamaletom.

Los historiadores y habitantes del lugar relatan que la creencia original marcaba este ritual cada 21 de marzo, con el inicio del año astronómico, pero actualmente se realiza todo el año como parte de las acciones para fomentar el etnoturismo en la región y preservar las costumbres y tradiciones de la Huasteca Potosina. También es conocido como la Danza del águila o del gavilán.

Inician en la Huasteca rodaje de cortometraje sobre voladores de Tamaletom y la primera mujer que rompe esquemas

El ritual consiste en que un grupo de hombres se interna en la selva para buscar el árbol conocido como “volantín”, que debe ser muy alto (alrededor de 25 m) y lo más recto posible. Cuando ha sido hallado, los hombres bailan y le piden permiso al espíritu del árbol para ser cortado, lo bendicen y le quitan las ramas. Después, arrastran el tronco hasta el lugar donde será la danza. Mientras se entierra, se hacen oraciones y se coloca en su base un tamal llamado bolim o un pollo, “para bendecir el lugar y atraer la atención de los dioses”.

Estos cinco hombres enredan una cuerda a su cuerpo, mientras el extremo lo atan en la punta del tronco. Al ritmo de un tamborcillo y una flauta de carrizo, el caporal comienza a bailar en la cima (en dirección a los cuatro puntos cardinales), mientras los otros participantes se lanzan cabeza abajo para emprender el fantástico vuelo.

Durante el trayecto, el sonido de la flauta simboliza el canto de las aves, mientras que el tambor, la voz de los Dioses. Poco a poco, las vueltas se van tornando más amplias dando a los hombres-ave la oportunidad de extender sus brazos y pedir a los dioses por la lluvia y sus cosechas.

Al tocar tierra, los cuatro voladores de Tamaletom han dado 13 vueltas, correspondientes al número de meses del calendario indígena, lo que suma 52 vueltas en total, número de nuestro calendario.

 

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