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Tras el primer levantamiento de insurgentes encabezados por Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón, quienes fueron fusilados en 1811, parecía que la lucha por la Independencia de México había fracasado, sin embargo iniciaron una serie de luchas aisladas que se convirtieron en la resistencia en contra del ejército realista, una de ellas fue la famosa Batalla de Peotillos, en San Luis Potosí.
El protagonista de esta batalla y a quien se le ha llamado “El Héroe de Peotillos” fue Francisco Xavier Mina, un joven español militar muy activo desde temprana edad, nació en Otano, Navarra, España en 1789 y participó en la guerra de independencia española en contra de los franceses para posteriormente huir a Inglaterra.
En tierras británicas conoció a Fray Servando Teresa de Mier religioso mexicano promotor e ideólogo de la independencia de las tierras americanas de España, por lo que convenció al Mina de ir a México a continuar la lucha iniciada por Hidalgo, luego de varias escalas en los Estados Unidos y Haití, se logró reunir un pequeño ejército de unos 300 hombres los cuales zarparon hacia México.
En abril de 1817 arribó a Soto la Marina hoy Tamaulipas, para después avanzar con sus hombres hacia el sur, cruzó la sierra del Abra Tanchipa y se internó ya en territorio de San Luis Potosí, el 6 de junio toma fácilmente Ciudad del Maíz y ya para el 15 arribó a lo que hoy es el municipio de Villa Hidalgo en donde se encuentra la Hacienda de Peotillos, ya lo esperaban las fuerzas realistas.
El ejército realista arribó al lugar con más de 2 mil hombres al mando del Coronel Benito Armiñan y fue que haciendo uso de su expertise estratégica, Xavier Mina en cuestión de 3 horas logró derrotar a una fuerza seis veces superior, victoria que lo animó a adentrarse al centro de México y reavivó los ánimos de la insurgencia independentista.
Desafortunadamente no corrió la misma suerte días después, pues en octubre en la batalla de “El Venadito” cerca de lo que hoy es León, Guanajuato fue capturado por las fuerzas realistas junto con el insurgente jaliscience Pedro Moreno quien fue muerto ahí mismo, sin embargo Mina fue llevado prisionero y hasta el 11 de noviembre de 1817 fue fusilado acusado de traición, pese a su corta aventura, Francisco Xavier Mina logró mantener viva la lucha independentista, tan es así que al día de hoy sus restos descansan en la columna del Ángel de la Independencia en la Ciudad de México junto a los de Hidalgo, Morelos y otros insurgentes históricos.
