Virgencitas, ángeles, nacimientos, chalupas y otros motivos inspirados en algunos fragmentos cotidianos de la vida que transcurre en la Huasteca potosina son las figuras que Julieta Aradillas Torres elabora desde hace años después su regreso migratorio de los Estados Unidos.
La artesana potosina, originaria de Ciudad del Maíz, refirió en entrevista con EL UNIVERSAL que sus piezas son elaboradas completamente con hojas de maíz del municipio, las que somete a una tintura con colores vegetales para después tejerlas con sus manos sobre un “armazón de cartón”, el resultando son diseños únicos que parten de su imaginario o inspirándose en actividades de la vida cotidiana de la región.
“Nunca pensé que me fuera a dedicar a esto, me fui a Estados Unidos y cuando regresé ya no tenía mi trabajo. Tenía dos bebés de dos años y llegó una persona preguntándome si podía realizarle muñecas, conocía la técnica, me capacite en un curso y acepté, así empecé a trabajar desde casa”, contó.
Sin embargo, Julieta también cuenta que es común el abuso hacia los artesanos cuando éstos venden su trabajo a otras personas “me compraban mis muñecas pero me daban 35 pesos por cada una; yo ponía el material, mi tiempo y en la tienda donde las vendían estaban en 200 pesos”. Desde entonces trabaja por cuenta propia.
“Ahorita me presento en la Fenapo y llevo ocho años participando, también migro a las ferias de Guadalajara, Querétaro y México. No he podido hacer ventas en línea porque me da miedo, me falta información, no sé las políticas o sí tengo que pagar algo, pero si busco vender mi producto por estos medios”.
También, reconoce y lamenta que las artesanías sean poco valoradas por los habitantes locales, quienes se detienen a preguntar, pero desprecian el trabajo en cada pieza al conocer su precio, en cambio, señala que sus mejores clientes siempre han sido extranjeros.
“Depende de los ojos con los que se mire”, lanzó Julieta al recordar varias anécdotas cuando pone a la venta sus Muñecas de Jalisco o Catrinas, los extranjeros son quienes más se animan a pagar el precio real por estas piezas artesanales.
“Una vez llegó un español, yo tenía unas catrinas, lo vi encantado tomándoles fotos y llamando por teléfono a su hija para contarle que había encontrado a ‘mamá Coco’. El señor me compró cinco muñequitas y además me dio propina, yo nunca pensé ni hice esas piezas pensando en la película”, relató.
Cada muñeca es única y algunas requieren un día completo de trabajo, por ahora las artesanías de La Flor de Maíz son vendidas en ferias, las figuras más económicas son de 50 pesos, pero algunas como las bailarinas que son de mayor tamaño tienen un precio de 230 pesos.
También hace penachos para concursos de belleza y máscaras de papel maché para desfiles, el trabajo es sobre pedido y su elaboración puede requerir hasta tres meses de labor diaria, los costos pueden oscilar entre los mil a 3 mil pesos.
Ciudad del Maíz destaca por ser una región exportadora de hojas debido a su suavidad y color blanco, por lo tanto se vende poco a los artesanos porque “tienen mejor ganancia los productores si la exportan al extranjero”.