La Hacienda Peotillos es quizá la propiedad potosina de este tipo con más historia.
Localizada en el poblado de Peotillos, en Villa Hidalgo, esta finca construida en 1631 por José de Echegoyan alojó a personajes históricos de México.
Su ubicación estratégica le permitió ser la más productiva de la región durante sus primeros cincuenta años de vida y con el paso de los siglos cambió de propietarios que la acondicionaron conforme al uso otorgado.
Sin embargo, la Hacienda Peotillos aún conserva sus azulejos y grabados originales.
El nombre de esta localidad lo tomó por la cactácea sagrada para la etnia Wixarika (Huichol) que también habitan en los estados de Jalisco, Durango y Nayarit.
Los pasajes históricos de este predio son abundantes, los historiadores mencionan que en 1733 la orden de los Carmelitas Descalzos recibió los derechos de esta finca.
Durante un siglo se usó como convento y fue hasta la mitad del siglo XIX cuando la congregación vendió la propiedad a la Sra. Isabel de Goríbar.
En los primeros años del México Independiente, la finca pasó a manos del Sr. Pablo Ibarra, primo de Isabel, quien aparentemente la regalan a Maximiliano de Habsburgo y a su esposa Carlota Amalia de Bélgica, quienes frecuentemente viajaban a esta localidad para usar la finca como casa de campo.
Sin embargo, la familia Goríbar nunca concretó la legalidad del regalo, y en 1855 deciden reconstruir la casa grande con el estilo neoclásico.
Esa remodelación persiste hasta nuestros días, entre las obras realizadas destacan la torre central en semejanza a la corona austriaca.
Esta hacienda, que actualmente sirve a modo de museo, permite que los visitantes observen antiguos documentos, pinturas, libros, lámparas, piedras, piezas prehispánicas y objetos de obsidiana.
Además, sus largos pasillos y decenas de habitaciones son ideales para pasar unas horas recorriendo cada rincón de la hacienda y aprendiendo la historia de esta zona potosina.
La ex Hacienda Peotillos se localiza a 55 kilómetros de San Luis Potosí.
No puedes ingresar al lugar sin permiso, se recomienda preguntar por los recorridos y asistir acompañado por un guía autorizado por la Secretaría de Turismo de San Luis Potosí.
Los expertos mencionan que conviene subir al torreón con mirador y contemplar el valle en donde se encuentra esta hacienda.