Entre los ríos cristalinos y la selva exuberante de la Huasteca potosina crece una fruta exótica que ha despertado la curiosidad y el deleite de quien lo prueba: la yaca, con su piel rugosa y un aroma dulce que guarda un secreto en su sabor.
El misterio de la yaca es que posee siete sabores distintos lo que ha fascinado a los que la han llegado a probar.
Probar yaca es toda una experiencia. De acuerdo con la opinión de varios usuarios en redes sociales la yaca les recuerda al sabor de la piña, el mango, el plátano, la guayaba, el maracuyá, la naranja y limón con toques de nuez y miel, por ello se le conoce como “la fruta de los mil sabores”.
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Además de su versatilidad en sabores, es una de las frutas más grandes del mundo. Puede alcanzar tamaños impresionantes, pesando 30 kilos o hasta 50. Normalmente miden más de 90 centímetros de largo y unos 50 centímetros de diámetro.
Este fruta también destaca por las diferentes maneras para prepararse en la gastronomía local. Puede disfrutarse cruda, en nieves artesanales, en postres, licuados, agua, tepache, como sustituto de carne cuando aún está verde, en mermeladas y conservas. Cada uno de estos ofrece un viaje de sabor que conecta las tradiciones, la naturaleza y la creatividad culinaria.
La yaca destaca por sus propiedades antiasmáticas y antidiarreicas, además es un excelente afrodisiaco natural.
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Es incierto su origen, y aunque la encontramos en la Huasteca potosina, científicos aseguran que la fruta proviene de Malasia o de los bosques de Ghats, en India.
En el sudeste de Asia la fruta es conocida como “the poor man’s fruit” (la fruta de los hombres pobres), por su resistencia al aumento de temperatura y de los cambios bruscos de clima como las lluvias. ¿A qué fruta te sabe la yaca?