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La cartonería mexicana es uno de los oficios más representativos del arte popular en el país. Aunque muchos la asocian con raíces prehispánicas, su origen se remonta al periodo virreinal, cuando frailes franciscanos la introdujeron para elaborar figuras religiosas utilizadas en festividades locales.
Con el paso del tiempo, esta técnica se fusionó con las celebraciones de las comunidades indígenas y mestizas, dando forma a una expresión artística que hoy simboliza la creatividad, el ingenio y la identidad del pueblo mexicano.
De acuerdo con el libro “La apropiación de la cartonería y la cerámica por los pueblos artesanos de la Ciudad de México: identidad mitos y realidades”, de Aida Araceli Contreras Hernández, durante los siglos XIX y XX, artistas como José Guadalupe Posada y Diego Rivera contribuyeron a consolidar su valor cultural.
Posada inspiró la emblemática figura de La Catrina, mientras que Rivera consideró la cartonería como un arte auténtico del pueblo, distinto al arte académico. Desde entonces, las manos artesanas han dado vida a calaveras, piñatas, Judas y nacimientos que acompañan las fiestas mexicanas a lo largo del año.
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Liebre de Papel: tradición y creatividad
En el corazón del Altiplano potosino, el taller Liebre de Papel, fundado en 2016 en Ciudad Fernández, se ha convertido en un referente regional de la cartonería mexicana.
Este espacio, dirigido por un colectivo de artesanas, combina técnicas tradicionales de papel maché con propuestas contemporáneas que rescatan la esencia del arte popular.
Sus piezas —catrinas, alebrijes, máscaras y figuras inspiradas en personajes populares— destacan por el uso de materiales reciclables como papel periódico, cartón y engrudo, así como por el detallado proceso de modelado y pintura. Dependiendo del tamaño y la complejidad, cada obra puede tardar de tres días a un mes en completarse.
El arte que representa a San Luis Potosí
Liebre de Papel no sólo elabora figuras decorativas, sino que representa una manera de entender y preservar la cultura local. Sus integrantes destacan el orgullo de llevar el nombre de Ciudad Fernández a distintos espacios culturales del país, participando en festivales como la Feria Nacional Potosina (FENAPO) o el Festival de Día de Muertos en Guanajuato, donde exhiben piezas monumentales de hasta tres metros de altura.
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“Representar a nuestro municipio con este bello oficio es un honor”, expresan las artesanas, quienes ven en la cartonería una forma de mantener vivo un legado que trasciende generaciones.
Además, invitan a los visitantes a conocer sus obras en las instalaciones de turismo del Gobierno estatal y, por supuesto, a recorrer su natal Ciudad Fernández.
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