Son pocos los deportistas originarios de San Luis Potosí que han ganado una medalla olímpica; el caso de estos dos atletas potosinos es más histórico al lograr la presea en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, justo cuando Alemania era gobernada por Adolf Hitler.
La ideología nazi se sustentó en que la raza aria era superior al resto de las personas; por lo que el evento deportivo suponía un experimento del gobierno alemán para mostrarse como la potencia de la época.
Los atletas alemanes tenían la obligación de ganar todas sus competencias, pero padecieron una humillación por perder medallas de oro en las disciplinas consideradas como pruebas reinas en los olímpicos.
Fue el velocista afroamericano de los Estados Unidos, Jesse Owens, quien conquistó cuatro oros (100 y 200 metros lisos, relevo corto y salto de longitud), el que despertó la ira de Hitler.
Sin embargo, la Alemania nazi trató de tapar este logró del atleta al propagar que quedaron al frente del medallero.
En estos Juegos Olímpicos de Berlín, México obtuvo tres medallas de bronce, consiguiendo la posición 28 en la tabla general.
José Pamplona Lecuona e Ignacio de la Vega, son dos potosinos que formaron parte de los once jugadores de la selección de basquetbol de México.
Su rol en el equipo era de suplentes, pero fueron parte de la delegación que consiguió la única medalla olímpica en el llamado deporte ráfaga.
Los estelares de la selección eran: Rodolfo Choperena Iryzarri, Paul Fernández Robet, Silvio Hernández del Valle, Francisco Martínez Cordero, Jesús Moreno; los hermanos Hugo y Carlos Borja Morca, Greer Skaussen.
En esa época se habló que el propio Hitler le entregó de su propias manos las preseas al capitán del conjunto, pero todo parece ser un mito.
Los medios alemanes documentaron que el presidente sólo premió a los atletas que participaron durante las primeras competencias deportivas después del evento de apertura, pero el resto sí recibieron una felicitación por escrito del dictador.
El paso de México en el torneo fue irregular, en el torneo de basquetbol olímpico se inscribieron 22 países.
La escuadra nacional venció primero a Bélgica con un resultado de 32-8, pero en su segundo juego perdió ante Filipinas con un marcador de 32-30.
Los dirigidos por Alfonso Rojo de la Vega y su asistente principal Leoncio Colorado Ochoa, dejaron diferencias individuales y obtuvieron su segunda victoria y pase a semifinales al derrotar a Italia por 34-17.
Con el ánimo por los cielos, los mexicanos le plantaron juego a los favoritos del torneo; con una táctica defensiva frenaron a la poderosa delantera de los Estados Unidos.
Aunque el marcador favoreció al rival, por primera vez los americanos anotaron menos de 30 puntos en el juego; la defensa mexicana le plantó cara y el resultado fue de 25 a 10.
El partido por la medalla de bronce se disputó contra Polonia; el equipo cerró filas y consiguieron vencer a los europeos 26 a 12.