En el corazón de San Luis Potosí se erige un museo que no solo preserva el legado de una de las artistas más icónicas del surrealismo, sino que también se convierte en un testimonio vivo de su conexión profunda con México.
El Museo Leonora Carrington es el único en el mundo dedicado exclusivamente a la artista británica y está por cumplir su séptimo aniversario, y con ello, continúa siendo un refugio para aquellos que desean explorar las profundidades de su universo visual.

La historia de este museo es tan surrealista como la propia obra de Carrington, pues en una entrevista para EL UNIVERSAL San Luis Potosí, Luz del Carmen González Palomera, encargada del museo, cuenta sobre la creación del lugar.
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De acuerdo con lo relatado por González, la constitución del museo fue posible gracias a la visión del hijo de Leonora, Pablo Weisz Carrington, quien, al fallecer la artista, se comprometió a cumplir una promesa hecha años atrás: rendir homenaje a su madre a través de un espacio donde su legado se mantuviera vivo.

Tras explorar distintas opciones en varios estados de México, el destino lo llevó a un lugar tan especial, el Centro de las Artes de San Luis Potosí.
Este majestuoso edificio, que en el pasado fue una cárcel, se convirtió en un hogar para las obras de Carrington.
Leonora Carrington encontró en México una conexión única, especialmente en lugares como Real de Catorce y el Cerro de San Pedro, cuyos paisajes inspiraron algunas de sus creaciones más emblemáticas. Incluso hay un mural de ella en el Jardín Surrealista de Edward James en Xilitla, otro de los puntos que marcaron su relación con el país que la acogió.

“Leonora llegó al país que por naturaleza es surreal, entonces por decisión propia Leonora Carrington se hace mexicana. En ese sentido su hijo Pablo se queda con la mayoría de sus obras, y se decía en conjunto con Gobierno del Estado que se vengan a San Luis Potosí, por su conexión con Edward James. En ese sentido cuando su hijo Pablo viene a conocer los lugares ve este recinto y quedó enamorado, diciendo que este era el espacio ideal”, explicó González Palomera.
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Hoy, el Museo Leonora Carrington no solo alberga las piezas que la artista dejó como testigo de su genio, sino que también se erige como un lugar de encuentro para aquellos que buscan sumergirse en su universo personal.
Desde su apertura en 2018, este espacio se ha convertido en la “nueva casa” de la artista, un jardín de piedra donde sus sueños y visiones siguen tomando forma, invitando a los visitantes a adentrarse en un mundo que trasciende lo terrenal.
En cada rincón del museo, cada obra es un susurro de la artista, un eco de su fascinación por lo extraño y lo maravilloso. La magia que envolvía a Carrington en vida sigue viva en este museo, donde el surrealismo, el misterio y la belleza de su visión continúan inspirando a generaciones de admiradores que llegan desde todos los rincones del mundo para rendirle tributo.