El Pasaje de la Alhóndiga, ubicado en el corazón del Centro Histórico de San Luis Potosí, conserva elementos arquitectónicos que despiertan curiosidad entre visitantes y habitantes de la ciudad.
Uno de los más llamativos son las cruces grabadas en la cantera del edificio conocido hoy como la Antigua Alhóndiga. Aunque el inmueble tiene un origen claro y documentado, el significado de estas cruces permanece envuelto en la duda y la especulación.
La Antigua Alhóndiga se construyó en el siglo XVIII como resultado de la reorganización urbana posterior a los tumultos de 1767. Su función era almacenar granos y regular su comercialización, un mecanismo clave para evitar el desabasto y controlar los precios en una ciudad marcada por la actividad minera y el comercio regional.
El edificio, diseñado por Felipe Cleere pero concluido por otros maestros de obra, incorporaba bodegas, espacios para venta de distintos productos y una sólida estructura para conservar el maíz y otros granos en buen estado.
Con el paso del tiempo, su papel institucional se debilitó y hacia 1821 dejó de funcionar como alhóndiga. Tras diversos cambios administrativos y una venta irregular en 1912, el inmueble terminó convertido en parte esencial del corredor comercial del centro.
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La cruces labradas en cantera son un detalle arquitectónico que ha generado preguntas constantes, pero hasta hoy no existe una fuente oficial que documente su origen o su propósito. No forman parte de un registro institucional, no aparecen en las ordenanzas virreinales y no se conservan descripciones históricas que expliquen su presencia.
Aunque no hay confirmación documental, especialistas locales han señalado una interpretación plausible: las cruces podrían haber marcado la zona como un espacio protegido o bendecido, siguiendo prácticas comunes en edificios de uso público durante los siglos XVII y XVIII.
Este tipo de símbolos se colocaba en sitios donde se resguardaban bienes esenciales, como granos o herramientas básicas para la vida urbana. No se trataba de un elemento religioso en sentido ceremonial, sino de un signo de resguardo que buscaba transmitir orden, respeto y cuidado sobre lo que allí se almacenaba.
La presencia de estas cruces también dialoga con el contexto histórico del inmueble. Debido a que la alhóndiga regulaba la entrada del grano, los precios y la calidad del producto. Su administración se otorgaba mediante remate público y contaba con figuras específicas como el alcalde, el regidor y el balanzario, encargados de mantener el orden comercial. En ese ambiente regulado, una marca simbólica de protección sobre la fachada tenía sentido como recordatorio visual del carácter institucional del edificio.
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Hoy, la Antigua Alhóndiga mantiene su arcada de cantera y continúa integrada al entorno comercial del centro potosino. Aunque gran parte de su antigua función se ha perdido, las cruces permanecen como uno de los pocos signos visibles de su origen.
En ausencia de una fuente oficial que esclarezca su significado, estos símbolos se han convertido en un puente entre la arquitectura, la tradición y la curiosidad cultural de quienes recorren sus pasillos.