En el corazón de la Huasteca Potosina, a sólo 15 minutos del centro del Pueblo Mágico de Xilitla, se encuentra Tapasoli, un hotel que parece sacado de un cuento de hadas. Este singular destino turístico, también conocido como el “”, ha ganado la fama internacional gracias a su diseño inspirado en madrigueras, nidos colgantes y refugios ecológicos que invitan a reconectar con la naturaleza.

Rodeado de abundante vegetación, cascadas artificiales y una , Tapasoli ofrece una experiencia inmersiva en pleno contacto con el entorno.

Hospedaje sin wifi y con alma

A diferencia de los alojamientos tradicionales, Tapasoli propone desconexión total del mundo digital. En este hotel no encontrarás wifi ni televisión en las habitaciones, pero sí chimeneas de leña, baños completos, aire acondicionado y vistas impresionantes a la sierra. El hotel cuenta con madrigueras subterráneas y nidos suspendidos a tres metros de altura, diseñados para ofrecer descanso absoluto con un enfoque sostenible.

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Una experiencia que va más allá del hospedaje

Además de su oferta de alojamiento, Tapasoli ofrece restaurante al aire libre, bar con coctelería de autor, piscina y zonas comunes que reflejan el espíritu de la Huasteca. Este proyecto también impulsa la economía local al trabajar de la mano con artesanos y productores de la región.

Gracias a su originalidad, el hotel ha captado la atención de medios internacionales y de turistas provenientes de Asia, Europa y Latinoamérica. Su proyección global ha motivado planes de expansión en el extranjero, sin perder su esencia artesanal y comunitaria.

¿Quién es el dueño del Hotel Tapasoli?

De acuerdo con el Instituto Nacional de Economía Social (INAES), detrás de Tapasoli se encuentra Alberto Muñoz González, un de origen indígena y fundador del proyecto.

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Su historia es tan extraordinaria como el hotel mismo: él migró a Estados Unidos en busca de mejorar su calidad de vida. Para lograrlo trabajó en el sector de la construcción y remodelación de hoteles, tras ser deportado, regresó a , su comunidad en Xilitla, para hacer realidad su sueño.

Inspirado por los nidos de aves que admiraba en su infancia, Muñoz diseñó cada rincón del hotel con sus propias manos. Hoy, Tapasoli no sólo es un modelo de , sino también una fuente de empleo para más de 50 personas de comunidades cercanas. No dejes pasar la oportunidad de conocerlo.

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