Fundación Rino Q para Niños Quemados nació el 11 de octubre de 2011, impulsada por la voluntad y la red de amistades de Gerardo Manuel García Lozano, su director, junto con su esposa y personas cercanas que decidieron formalizar lo que ya era una vocación de servicio.

Con el respaldo de un abogado y un notario, la organización quedó legalmente constituida, dando forma a un proyecto que venía gestándose desde años atrás.

Antes de Rino Q, sus fundadores habían dedicado entre seis y siete años como voluntarios en la Fundación Michou y Mau en la Ciudad de México.

El dueño de la fundación y su esposa detectaron una necesidad urgente y poco visible en San Luis Potosí: la atención a niños y niñas con quemaduras.

Una causa que se volvió destino

El contacto directo con un menor quemado en un supermercado marcó un punto de quiebre. Al descubrir que no recibía ningún tipo de apoyo, comenzó una cadena de acompañamiento que terminó por introducirlos de lleno en “el mundo del quemado”.

En ese momento, Gerardo García aún trabajaba como contratista industrial, al frente de más de un centenar de empleados.

La decisión fue radical: venderlo todo y apostar por la fundación.

Los primeros años fueron de voluntariado absoluto. El primer ingreso mensual fue simbólico que no alcanzaba ni para gasolina.

Sin embargo, el compromiso se fortaleció: hoy suman 14 años de trabajo continuo en Rino Q y casi dos décadas dedicadas, en conjunto, a la atención de personas con quemaduras.

Atención que no termina con el alta

Desde su creación, la fundación ha brindado acompañamiento a más de 200 menores. Sólo uno ha fallecido a causa de un accidente grave y otro fue dado de alta médica.

La mayoría continúa bajo seguimiento, ya que las secuelas pueden reaparecer incluso después de varios años, con nuevas contracturas que requieren tratamiento constante.

Rino Q se enfoca en la gestión de apoyos médicos, cirugías, injertos y traslados, además de la rehabilitación física y emocional.

Cuenta con un centro de fisioterapia, que está abierto también al público y con dos ambulancias que ayudan a sostener la operación diaria.

La prevención es otro eje central: se imparten pláticas en escuelas y empresas para concientizar sobre los riesgos, aun en espacios donde se cree que “no hay fuego”.

Rino Q tiene sus oficinas en la capital de SLP
Rino Q tiene sus oficinas en la capital de SLP

Una problemática invisible

San Luis Potosí, con su perfil industrial, presenta múltiples riesgos asociados a electricidad, calor, sustancias químicas y prácticas domésticas inseguras.

La fundación advirtió que las estadísticas no reflejan la magnitud real del problema, pues sólo una pequeña parte de los casos llega a instituciones de apoyo.

Para Rino Q, los niños que atienden representan apenas una fracción de los accidentes que ocurren cada año.

Las principales causas siguen siendo los accidentes en la cocina, especialmente por escaldaduras, el uso indebido de sustancias corrosivas almacenadas en envases comunes y la falta de supervisión adulta.

En la mayoría de los casos, el factor determinante es el descuido.

Más allá de las cicatrices

El trabajo de la fundación no se limita a lo médico. La carga psicológica y social es profunda: muchos menores enfrentan rechazo, vergüenza o abandono escolar.

Por ello, Rino Q promueve actividades recreativas, deportivas y culturales que refuercen la autoestima y la integración.

El mensaje es constante: las quemaduras no definen el valor, ni el futuro de una persona.

A diferencia de otras enfermedades, las secuelas de las quemaduras son permanentes y acompañar a los niños para que se reconozcan, se acepten y sigan construyendo su vida es parte esencial de la misión.

Solidaridad que se mueve por convicción

La fundación se sostiene, en gran medida, por el apoyo ciudadano y eventos con causa, como carreras deportivas. Aunque el respaldo empresarial no siempre llega, el trabajo de Rino Q se ha difundido principalmente de boca en boca, gracias a las familias que han encontrado ahí un respaldo constante.

"Falta más apoyo incluso de la misma gente, si uno se pone a pensar siempre se le ayuda a niños de escasos recursos, con cáncer o discapacidad, pero en los niños quemados nadie piensa", explicó.

¿Dónde se ubica Rino Q?

Las oficinas de Rino Q se ubican en avenida Venustiano Carranza número 990 piso 8.

Se pretende que aquí sea un espacio seguro y cómodo para los niños donde se tienen incluso peluches y muñecos con alguna situación similar a la de ellos.

Los peluches de Rino Q tienen características similares a los pacientes para fomentar la inclusión y empatía
Los peluches de Rino Q tienen características similares a los pacientes para fomentar la inclusión y empatía

Catorce años después, la motivación se renueva cada día. Aun cuando el cansancio aparece, las responsabilidades pendientes y los rostros de los niños devuelven la energía para continuar.

Así, Fundación Rino Q mantiene viva una labor que convierte la empatía en acción y la adversidad en una oportunidad para sanar.

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