En este , la gastronomía potosina se convierte en un festín para los sentidos, reflejando la riqueza cultural y la diversidad del estado.

El zacahuil, que es un tamal gigante, es preparado con masa de maíz martajada y relleno de carne de pollo, cerdo o pavo. Es cocido en horno de tierra, otorgándole un sabor ahumado único.

Este manjar, que puede alcanzar hasta dos metros de largo, es ideal para compartir en reuniones familiares y festividades comunitarias.

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La comida potosina se vuelve protagonista en este Día de la Independencia. Foto: Jazmín Ramírez
La comida potosina se vuelve protagonista en este Día de la Independencia. Foto: Jazmín Ramírez

Las enchiladas potosinas, por su parte, se distinguen por su masa teñida con chile guajillo, que les da un color rojo característico y un sabor ligeramente picante. Rellenas de queso y acompañadas de crema, lechuga y salsa de tomate, son un orgullo culinario del estado.

Las gorditas se erigen como las reinas de la gastronomía local. Preparadas con masa de maíz y rellenas de diversos guisos, estas delicias son un imperdible para los asistentes.

Entre los antojitos más emblemáticos de San Luis Potosí destacan las tostadas borrachas, un platillo que combina tradición y sabor. Se trata de una tostada gigante con salsa borracha como su nombre lo dice y lleva nopales, frijoles, cebolla, cilantro y salsa picosa.

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Los tacos de bistec y pastor son otro clásico de la cocina potosina que no puede faltar en las festividades patrias. Los de bistec se preparan con carne jugosa, sazonada y acompañada de cebolla, cilantro y salsa al gusto, mientras que los tacos al pastor destacan por su carne marinada en achiote y piña, asada al trompo y servida caliente.

Así, este 16 de septiembre, San Luis Potosí celebra su independencia no solo con música y desfiles, sino también con una mesa llena de sabores que narran la historia y la identidad de su gente.

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