Derivado de la baja de contagios por Covid-19 y después de dos años de incertidumbre provocada por la contingencia sanitaria, este 2022 se permitió que cofrades, damas, costaleros y cruz de guía pudieran volver a tomar las calles de la capital de San Luis Potosí durante el viernes Santo para conmemorar el vía crucis a través de la tradicional Procesión del Silencio en su 69 aniversario.

Francisco Javier Gómez Zamaro, es el cruz de guía de la Cofradía de San Agustín, la cual ocupa la segunda posición en la Procesión del Silencio, pues la imagen que cargan durante tres horas de recorrido es el segundo misterio doloroso, Jesús atado a la columna.

Este año es especial para Javier, pues además de volver a las calles después de dos años de pandemia, cumple 31 años de participar en el grupo de cofrades que tiene 32 años de existencia, mientras que sería su edición número 29 de la procesión en la que participa.

“Para mí el pertenecer a la Cofradía de San Agustín, es un orgullo, me llena de satisfacción. El mantenerme aquí y vivir un poco de la pasión que sufrió nuestro señor Jesús
Cristo
me llena y me satisface, al igual que a mi familia, porque tengo tres hijos que en la actualidad ya son adultos y los tres participaron desde niños”, comentó en entrevista para .

"Vivir un poco de la pasión que sufrió Jesús me satisface"; la procesión de un cofrade en San Luis
"Vivir un poco de la pasión que sufrió Jesús me satisface"; la procesión de un cofrade en San Luis

Foto: Xochiquetzal Rangel

Su pasión por formar parte del grupo de cofrades de San Agustín, del que también es el presidente, surgió tras pagar una manda, pues le pidió a Jesús Cristo que sanara a uno de sus tres hijos que pasaba por una complicación de salud, él a cambio participaría en la Procesión del Silencio como cofrade para devolver el milagro.

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Pese a que su primera participación en la procesión como cofrade fue difícil por las tres horas de recorrido portando su traje representativo de la cofradía de San Agustin, dijo que su devoción fue más fuerte, así como la emoción de poder mantener viva una de las tradiciones religiosas más fuertes en San Luis Potosí, desde entonces, salvo los dos años de pandemia en los que se canceló la participación, no ha dejado de acudir a la Procesión del Silencio con la cofradía que le abrió las puertas para cumplir con su manda, mucho menos en dejar de participar en las actividades sociales y benéficas que realiza el grupo de la Iglesia de San Agustin.

Aunque para su familia representa un orgullo que pertenezca a la cofradía de San Agustín, en la que ha escalado poco a poco de ser cofrade, como todos los que inician, costalero, escolta a cruz de guía, además de ser presidente, su trayectoria dijo que no ha sido fácil, pues durante la procesión del 2018, pese al entrenamiento que tienen durante tres domingos previos al evento religioso, a la mitad del recorrido por el Centro Histórico de la capital potosina, comenzó a sentirse mal y finalmente se desvaneció con la cruz de 13 kilos que carga como cruz de guía; sin embargo, tras hidratarse y recuperarse, por la fidelidad y devoción a Jesús Cristo decidió reincorporarse a la columna con su cofradía.

Dicha devoción y orgullo por la preservación de las tradiciones de San Luis Potosí se las inculcó a sus hijos, quienes comenzaron a participar en los eventos de la cofradía desde que eran niños y aunque ahora de adultos, por diversos motivos personales no pueden continuar participando, sus sobrinos y familiares también se han integrado a la cofradía de San Agustín con el objetivo de que esta fiesta de luto pueda seguirse realizando entre las y los potosinos.

"Vivir un poco de la pasión que sufrió Jesús me satisface"; la procesión de un cofrade en San Luis
"Vivir un poco de la pasión que sufrió Jesús me satisface"; la procesión de un cofrade en San Luis

Foto: Archivo EL UNIVERSAL


Los estragos y retos de la pandemia en la Procesión del Silencio


Francisco explicó que este año, aún con la baja de contagios, defunciones y hospitalizaciones, para los cofrades era incierto que se realizara el 69 aniversario de la Procesión del Silencio, pues algunas cofradías decidieron no participar en el evento por la estela de muertes que dejó la pandemia de Covid-19.

Durante el 2020 y 2021, tras haberse contagiado de Covid, algunos de los cofrades y damas fallecieron a raíz de la enfermedad, por lo que una mayoría de Cofradías se quedaron sin integrantes o algunos de sus otros miembros actualmente se encuentran enfermos.

Sin embargo, la Cofradía de San Agustín integrada por 70 personas, según precisó, “afortunadamente” se encuentra íntegra, es decir que durante la contingencia sanitaria no tuvieron bajas, por lo que en conjunto decidieron acudir a la representación.

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Además destacó que este año se unieron nuevos integrantes entre los cuales se cuentan a niños y niñas, así como tres mujeres provenientes de Cuernavaca y San Luis de la Paz, que los contactaron vía telefónica y redes sociales con el interés de poder ser parte de la cofradía en la representación.

“Nos da mucho gusto, porque nos dio tristeza los dos años que no hubo participación. Nosotros queríamos hacer algo, pero no se pudo desafortunadamente. Ahorita teníamos duda de participar porque no todas las cofradías van a participar y la de nosotros fue una de las seleccionadas a participar este año”, agregó.

Con ilusión en los ojos, se dijo emocionado de poder volver a practicar y participar en esta marcha luctuosa que realizan al sonido del tambor y en silencio, pues dijo que pese a la capucha y manto que llevan hombres y mujeres, también portarán un cubrebocas con el fin de evitar una propagación del virus, pues resaltó que la contingencia sanitaria continúa.

"Vivir un poco de la pasión que sufrió Jesús me satisface"; la procesión de un cofrade en San Luis
"Vivir un poco de la pasión que sufrió Jesús me satisface"; la procesión de un cofrade en San Luis

Foto: Archivo EL UNIVERSAL

Finalmente, invitó a la ciudadanía ya sea de San Luis Potosí o de otro estado que quisiera participar en la procesión del siguiente año a acudir a la cofradía de su agrado e incorporarse para que esta tradición, que desde el 2013 es Patrimonio Cultural del Municipio pueda seguirse preservando.

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