“El queso de tuna es uno de los dulces más característicos que nos puede distinguir a nosotros como San Luis Potosí”, dice Erik Martínez, chef potosino oriundo de la capital de esta entidad, quien agrega que los chichimecas fueron los que descubrieron esta golosina y la perfeccionaron.
El queso de tuna, de acuerdo con Martínez Paez, no puede faltar en un hogar tradicional, incluso los turistas que viajan al territorio potosino tampoco pueden dejar de probar este dulce, pues es un platillo prehispánico que hasta la fecha se sigue consumiendo.
En entrevista con EL UNIVERSAL San Luis Potosí, el chef potosino explica paso a paso la elaboración de esta golosina “clásica” de esta entidad.
- 1 kilo de tuna cardona para obtener de 250 a 300 gramos de queso, aproximadamente
Foto: Cortesía de Jorge López Pérez
- Un cazo, ya sea de cobre o no
- Aceite vegetal
- Recipiente de aluminio
Al iniciar, se le debe retirar la cáscara a los frutos. Una vez que las tunas están “peladas”, deben ser machacadas y coladas para separar la pulpa de las semillas.
La pulpa debe ponerse a hervir en un cazo de cobre, preferentemente, ya que los recipientes hechos con este metal esparcen la temperatura de manera uniforme, pero pueden emplearse otros fabricados con un material distinto.
Una vez que la pulpa hierve al interior del recipiente, hay que moverla hasta lograr que espese por completo, sin descuidarla, pues puede quemarse fácilmente. Se recalca que esta preparación no necesita de ningún espesante ni endulzante adicional, ya que el fruto es dulce por sí mismo.
Foto: Cortesía de Jorge López Pérez
Al lograr la consistencia mencionada, la pulpa, ahora convertida en melcocha, se vierte en un recipiente de aluminio engrasado con aceite vegetal para dejarse enfriar.
Posteriormente, la melcocha debe amasarse en una superficie plana. Al pasar por este proceso, la preparación irá adquiriendo un tono café amarillento. Se recomienda no amasar demasiado, ya que se puede romper la estructura del queso de tuna.
Una vez trabajada, la preparación se deja enfriar por completo y el queso, por sí mismo, empezará a adquirir la consistencia deseada.
Foto: Cortesía de Jorge López Pérez
Erik Martínez señala que este dulce se puede encontrar en cualquier parte del estado potosino, de la zona de la Huasteca a la del Altiplano, siendo ésta última donde es más común, pues cuenta con ese “calor intenso” que es benéfico para las plantas del nopal.
Foto: Cortesía de Jorge López Pérez
etp